¿Qué hacer después del RR?
Nunca antes hubo en la política venezolana la crónica de una muerte anunciada como le ha sucedido al Referendo Revocatorio 2022, al creer sus promotores, simpatizantes y amigos, que les era factible aspirar a la aplicación de un derecho constitucional consagrado en el artículo 71 de la vigente Carta Magna y de paso reconocer al Usurpador mandatario rechazado en todas las latitudes y en el territorio nacional.
La convocatoria a recolección de firmas realizada, para algunos, por el mejor CNE del siglo XXI para el 26/01, reconfirma la repulsión que la tiranía sostiene contra la CRBV y en particular contra la revocación del mandato, como lo demostró en 2004, en 2016 y ahora en el novel año 2022.
Solo recomendaría una segunda vista en YouTube al bien logrado video de Ciudadanía Activa sobre la lista tascón (2006), cuando mediante el CNE de la época aguijoneado por el felón mandatario Chávez, humillaron y obligaron a firmar hasta 3 veces al esperanzado pueblo, para luego realizar el acto en agosto 2004 con el descarado ventajismo estatal. La siguiente experiencia fue en 2016 mediante una sentencia de un juzgado de municipio se impidió la convocatoria.
En la primera experiencia de 2004 desataron una especie de apartheid con la lista Tascón y ahora en 2022 reviven la hoz y el martillo con la lista Cabello, quien amenaza al que se atreva a firmar a entregarlo a las represalias del tirano. Demostrando que el miedo es libre para los voceros del régimen autoritario.
Por otra parte, es un cachetazo a quienes mantienen permanentemente en el G-4 una sobredosis de electoralismo, al creer que la dictadura en el fondo reconoce rasgos de institucionalidad a la hora de ceder el poder y promover elecciones transparentes.
En el campo opositor con el solo anuncio del RR 2022 saltaron en estampida las propuestas de consultas en primarias, para definir candidato a las elecciones presidenciales 2024, cuando eso no es lo esencial, siendo lo primordial las condiciones para ir a cualquier proceso electoral.
En realidad, en Venezuela sufrimos los dos extremos, Hay aquellos que plácidamente esparcidos a la sombra de una mata de cují campaneando un daiquirí o un escocés clásico, esperan que el Comando Sur atropelle con sus armas al tirano, y por el otro bando hay quienes, impregnados de oportunismo electoral, no aguantan la elección del club de bolas criollas o la junta de condominio para aspirar presidirla.
Lo cierto del caso es que una u otra posición favorecen al status quo autoritario, quien teme el surgimiento de una nueva mayoría que asuma la política de reconquistar la democracia sin requiebros, ni capitulaciones ante el régimen autoritario.
Para lograrlo implica fijar el objetivo del logro de condiciones democráticas para ir a cualquier proceso electoral, partiendo del reconocimiento de la ilegitimidad e ilegalidad de las instituciones, fraguadas en el país desde 2017 con la fraudulenta Asamblea Constituyente madurista.
Este objetivo es posible en un escenario donde no se visualizan elecciones hasta 2024, lo que permitiría a todos los sectores de la vida civil, a reencontrarse en una gran coalición nacional por la realización de elecciones presidenciales y parlamentarias en el marco constitucional, cuyo resultado derive en la legitimación del conjunto de poderes públicos.
A quienes proponen candidato presidencial opositor para 2024 con el mismo CNE y con las condiciones abusivas del poder ejecutivo, poder judicial y las FAN, están condenados a someterse y humillarse ante el ventajismo gubernamental de las elecciones regionales 2021, y por otro lado garantizarle a la tiranía su permanencia hasta 2030, rodeándola de un escenario de legitimidad y legalidad perdidas por el accionar de una tiranía.
En definitiva, esta tragedia transcurrida a lo largo de 23 años obliga a no repetir y continuar con los errores que le han permitido a una camarilla militar y partidaria, empobrecer al extremo de la inanición a un país mediante el saqueo de la riqueza nacional labrada durante su vida republicana.
Movimiento Laborista