Félix Arellano: Que Rusia pueda enviar tropas a Venezuela suena más a discurso mediático
El internacionalista Félix Arellano consideró improbable que Rusia envíe tropas a Venezuela en respuesta a la presencia de EEUU y la OTAN en Ucrania, pues no tiene capacidad para una maniobra «tan agresiva».
Tras ser consultado por ND, el profesor universitario calificó de «discurso mediático» la aseveración del vicecanciller Serguei Riabkov, quien no descartó el «despliegue militar» tanto en Venezuela como en Cuba.
El funcionario ruso, tras ser preguntado sobre esa posibilidad, matizó: «No quiero confirmar nada… Ni descartar nada».
Para el doctor en ciencias políticas de la UCV, el propósito puede ser «mucho de efecto mediático, de búsqueda de liderazgo, de control de opinión pública interna más que una capacidad real de acción».
«Creo que hay mucho de ejercicio mediático. De efecto demostración de Putin frente al mundo pero sobre todo a lo interno. Demostrar que tiene poder, liderazgo… Creo que puede ser más discurso. Rusia depende mucho de Europa en aspectos económicos y comerciales y la UE, en el tema ruso, está jugando bastante coordinada con EEUU», analizó Arellano.
Exclamo que no se puede olvidar que Rusia quiere un protagonismo global; con una debilidad económica, con importante poder militar, venta de armas y el tema nuclear, «eso la posiciona como un actor clave y siempre soñando Vladimir Putin en el liderazgo que Rusia ejerció durante tantos siglos».
«Putin necesita ese discurso radical y agresivo de poder mundial frente a su población. Tiene problemas económicos internos, rechazos en la población luego de triunfos electorales masivos, ahora está en la fase de eliminar los líderes opositores porque cada vez pierde más popularidad», advirtió.
Reitera Arellano que existe mucho de discurso frente a la población interna para lograr popularidad, respaldo, dar señales de gran liderazgo y fortaleza; «pero no creo que haya capacidad para una acción tan agresiva como la que plantea».
«No dudo que producto de estos encuentros en Ginebra, pueda venir un cronograma de trabajo y esa sería la parte positiva. Poder bajar un poco el tono y la agresividad rusa; y lograr esquemas de cooperación en diversas áreas que Putin necesita también por razones de orden interno», finalizó.