Chavismo da su apoyo al presidente de Kazajistán, quien ordenó «disparar a matar» a manifestantes
El canciller del chavismo, Félix Plasencia, expresó este viernes, en nombre de Nicolás Maduro, su apoyo al Gobierno de Kazajistán en la «defensa de la soberanía y de la Constitución» y cuyo presidente, Kasim-Yomart Tokáyev, ordenó la semana pasada «disparar a matar» a los manifestantes.
«Conversamos, vía telefónica, con el canciller de la República de Kazajistán, Mukhtar Tleuberdi, a quien le manifestamos en nombre del presidente Nicolás Maduro y del pueblo venezolano, toda nuestra solidaridad y apoyo en defensa de la soberanía y de la Constitución kazaja», escribió el canciller en su cuenta de Twitter.
A principios de este mes se registraron protestas en Kazajistán, inicialmente por la duplicación del precio del gas licuado, utilizado en el país como una alternativa barata a la gasolina.
Las manifestaciones, alentadas por el descontento ciudadano con las élites económicas y políticas y la corrupción, devinieron rápidamente en disturbios y fueron reprimidas por las fuerzas kazajas en una operación «antiterrorista».
Incluso, el pasado 6 de enero, el presidente kazajo, Kasim-Yomart Tokáyev, solicitó a la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) -alianza militar postsoviética liderada por Rusia- su asistencia para sofocar la «amenaza terrorista» como calificó las protestas violentas.
Un día después, el 7 de enero, Tokáyev ofreció un discurso nacional donde dio la orden a los órganos de la policía y el Ejército de «disparar a matar sin previo aviso».
El mandatario justificó esta orden con que no dialogará «con bandidos armados y preparados, tanto locales como extranjeros».
«Desde el extranjero se escuchan llamados a las partes para llevar a cabo conversaciones con el fin de una solución pacífica. ¡Qué tontería! ¿Cómo se puede dialogar con criminales y asesinos?», rechazó.
Nursultán intentó justificar la represión y la presencia de la OTSC en Kazajistán por la «amenaza terrorista» al país, ya que asegura que los manifestantes son «terroristas internacionales». Habló de unos 20.000 insurgentes de Asia Central, Afganistán y Oriente Medio, y de campamentos de entrenamiento, aunque no ha presentado pruebas de ello.
Las protestas han dejado un balance hasta el momento de al menos 164 muertos, 1.000 heridos y más de 10.000 detenidos. EFE