Blinken insiste en diálogo con Rusia y amenaza con sanciones si hay ataque
Berlín, 20 ene (EFE).- El secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, reiteró este jueves su apuesta por el diálogo con Rusia ante la escalada de tensión en Ucrania tras reunirse en Berlín con sus homólogos de Alemania, Francia y Reino Unido.
Blinken abogó por la vía diplomática y por la «unidad» con los aliados de EEUU, que supone una fortaleza de la que Rusia carece, según dijo al término de la reunión en una rueda de prensa con la ministra de Exteriores alemana, Annalena Baerbock.
«No podemos decidir el camino que emprenderá Moscú, pero podemos mostrar cuáles serán las consecuencias negativas o positivas,» aseguró Blinken, que con su reunión de este viernes con el ministro de Exteriores ruso Serguei Lavrov pondrá fin a una semana de intensa actividad diplomática.
Tanto Blinken como Baerbock, que esta semana se reunió también con Lavrov y anunció un viaje a Ucrania acompañada de su homólogo francés, subrayaron la necesidad de seguir buscando el diálogo en todos los formatos posibles.
Además de aprovechar las posibilidades que ofrecen el Consejo de Rusia y de la OTAN, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y las reuniones bilaterales, ambos apostaron por tratar de insuflar de nuevo vida al proceso de Normandía, un objetivo que Baerbock pretende explorar con su viaje a Kiev.
No obstante, según reconoció Blinken más tarde en una conferencia pronunciada en la capital alemana, los problemas que plantea la crisis no se podrán resolver «rápidamente» y el encuentro del viernes con su homólogo ruso no servirá para solventarla en el día.
Sanciones sin precisar
Más allá de la posibilidad de que tropas rusas penetren en territorio ucraniano, Moscú tiene «muchas vías para mostrar su agresividad», aseveró el secretario de Estado, tales como «ataques híbridos y actividades desestabilizadoras».
En cada uno de estos posibles escenarios, EEUU estudia con sus socios las «respuestas comunes», señaló, aunque no proporcionó detalles sobre el tipo de sanciones que se podrían aplicar.
No obstante, Blinken sí aprovechó su visita a Berlín para volver a hacer referencia al estatus del gasoducto Nord Stream 2, controlado por el gigante ruso Gazprom y a cuya puesta en marcha Washington se opone de forma vehemente.
Se trata de «garantizar la seguridad energética de Ucrania» y de impedir que Rusia «use la energía como arma,» indicó Blinken e hizo hincapié en que «ahora que el gas todavía no fluye todavía, se puede usar como palanca».
La ministra de Exteriores alemana, crítica también con el proyecto –cuya certificación está paralizada por la entidad regulatoria alemana–, se remitió a la postura del canciller Olaf Scholz, más reticente a renunciar al gasoducto, que dijo esta semana que todas las medidas están sobre la mesa en caso de otra escalada.
«El único camino es el camino político que pasa por el diálogo», reiteró Baerbock, que también advirtió de «consecuencias graves» en caso de una agresión rusa, incluso si las medidas «tienen impacto económico para nosotros».
En vista a las posibles sanciones, destacó que hay que determinar «cuáles son las más efectivas», ya que no se trata sólo de «cuáles suenan más duras » sino de que haya un impacto real para Moscú.
Apoyo defensivo a Ucrania
En el caso de una nueva agresión, el secretario de Estado renovó el compromiso estadounidense de suministrar «apoyo defensivo» a Ucrania, e hizo hincapié en que considerar medios defensivos como agresión contra Rusia sería «el mundo al revés».
Alemania, por otro lado, ha rechazado en repetidas ocasiones las peticiones de suministrar material militar a Ucrania, ya que, como repitió Baerbock, este país tiene «una tradición especial» en lo que se refiere a la exportación de equipamiento bélico a territorios en conflicto.
No obstante, señaló que existen otras formas de prestar apoyo, como la construcción de un hospital militar en la que Alemania cooperó en el pasado, y reiteró que «la palanca más efectiva» para apoyar a Kiev es el compromiso de que cualquier agresión tendrá alto precio económico, político y, sobre todo, estratégico». EFE