Barinas decide
El hermoso estado llanero toma el protagonismo en una nación que tiene puestos los ojos en esos lares. La decisión electoral del próximo 9 de enero tiene un significado importante para el futuro venezolano. Cualquiera que sea el desenlace que arrojen las urnas, queda demostrado el brutal rechazo, no solo al gobierno, sino al desempeño del clan Chávez en Barinas.
¿Por qué gozan del rechazo general? Sencillamente el pueblo conoce el origen de ellos. Un humilde maestro de escuela, casado con una sencilla mujer sin mayores pretensiones. Luego la vorágine de un hijo que atentaría en contra de la democracia. Su posterior llegada al gobierno, para desde ahí, construir un proyecto de destrucción masiva. El poder hizo que la familia lograra nadar en una fortuna.
Casi toda Barinas está conectada a sus oscuros intereses. Los avispados lactantes del feudo presidencial se hicieron del botín. Allá son famosas las batallas familiares que terminaron entre golpes y medianoche. Más de un vez una celebración decembrina fue animada por una jeta rota, o los plomazos en señal de advertencia. El ruido de la calle no es el aire que desciende del piedemonte andino. Las historias que cuentan son del desmesurado crecimiento de sus fortunas particulares.
Han sido pésimos gobernantes en la entidad, severamente prepotentes e incapaces, sus ejecutorias solo sirvieron para hacerse cada día más ricos. No existe negocio fraudulento en donde la gente del pueblo no los acuse, los conocen demasiado, son tantas sus traiciones que la repulsa es general.
Ahora los ciudadanos de la entidad se enfrentan a la coacción y el chantaje para sustraerles el voto. Como en las crecidas de sus ríos profundos, rueda el dinero mal habido a la usanza de una ribazón de coporo. No solo defienden el chamuscado legado del patriarca de la revolución, también sus múltiples conexiones con la corrupción.
El anodino Jorge Arreaza, el abanderado del Psuv para los comicios del 9 de enero, anda en camionetas brindadas rodeado de escoltas y dólares a repartir. Se pasea olímpicamente por municipios desasistidos por ellos. Es ahora que se acuerdan que Barinas existe. Habla de progreso y transformación, después de más de veinte años en lo cual no hicieron nada. Un títere que solo sigue un guion que escriben los amos de la entidad.
En las manos de un pueblo humillado está el destino de ellos mismos. Ojalá pueda más la dignidad que el chantaje. Que las presiones asfixiantes, sean repelidas con un pueblo que desea librarse de su peor encarecedor.
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