2022: ¿Cuál crecimiento económico?
Por décimo año consecutivo el mandatario usurpador decreta la prosperidad y desarrollo económico, aun cuando desde 2013 hasta el 2021 ha sido un experto organizador en fracasos monumentales multiplicados por la demagogia y la soberbia en el poder, conducta típica del culto a la personalidad de los tiranos.
No le importa anunciar los motores del desarrollo que luego se han fundido en el camino. Por ser solo eso, propaganda y mentiras repetidas mil veces que al poco tiempo han mordido el polvo de la realidad al caerse por su propio peso, una parte es por la ignorancia revestida de presidente y por la otra, brutales políticas públicas orientadas al saqueo de la riqueza nacional, y al mantenimiento del poder bajo la égida de la agenda impuesta desde La Habana por el castrismo.
¿Cómo se explica un “crecimiento económico” para 2022 luego de haber caído en barrena la economía desde 2013 hasta el 2021 alrededor del 80% de la riqueza nacional, es decir del PIB? En resumen, más de tres cuartas partes de nuestra economía literalmente ha desaparecido, por la gestión de un régimen criminal que pretende presentar una recuperación a partir de la venta como chatarra de los bienes nacionales.
La gran excusa enarbolada por la dictadura ha sido las sanciones emitidas por la administración Trump desde 2017 y la UE, aun cuando el desastre se había iniciado 4 años antes. Lo cierto del caso es que presentar como recuperación para 2022 el aumento de la producción petrolera a un millón de B/D, parte de falsas cifras contrarrestadas en la Opep y por expertos petroleros como J. Monaldi y Toro Hardy quienes indican la producción real no sobrepasa los 800.000 B/D. evidenciando a una PDVSA en la ruina incapaz de reiniciar las operaciones de nuevos taladros.
¿Cuál es entonces la recuperación económica? La burbuja de falsos Starbucks, Wal-Mart, Amazon, o el surgimiento de casinos y bodegones, a los que tienen acceso tan solo de un 5% a un 10% de la población, ya que el 90% restante sobrevive en condiciones de pobreza generalizada batallando obtener un ingreso solo para la comida.
Incluso algunos economistas se detienen en los fríos números de la inflación como señal positiva, nada más artificial en el caso venezolano, aun cuando le han inyectado desde octubre alrededor de 180 millones de dólares para sostener la paridad del bolívar digital ante el dólar a 4.50 y 4.75 bolívares digitales, la inflación continúa encareciendo al dólar en el comercio diario, hasta que se reviente el dique y se repita lo sucedido con el bolívar fuerte (2008) y el bolívar soberano (2018).
En realidad, la economía también incluye indicadores sociales cuyo deterioro determinan que no puede haber recuperación económica, con salarios, pensiones y jubilaciones que ocupan el último lugar a escala continental y planetaria, con servicios públicos precarios que impactan a más del 90% de la población, con el ahogo paulatino al sector privado que ha derivado en el cierre del 80% del parque industrial y la pérdida de millones de puestos de trabajo, con la suspensión indefinida de los contratos colectivos y la libertad sindical.
La propaganda gubernamental sobre un país idílico no hará que regresen los millones de venezolanos esparcidos por el mundo, quienes prefieren morir en el intento que regresar al infierno y la desolación que sufre a diario cada habitante en el territorio nacional, víctimas del gobierno de una minoría criminal que disfruta del poder bajo dictadura.
Movimiento Laborista