«Una tragicomedia liderada por un farsante”
El sociólogo alemán Heinz Dieterich, quien acuñó el término “socialismo del siglo XXI”, dijo a una agencia de noticias internacional, hace 8 años, que Venezuela vive una tragicomedia bajo el gobierno de Nicolás Maduro y cree que está poniendo “en peligro” el legado chavista.
Entrevistado hace algunos años en su despacho de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) de México, este ideólogo y consejero de cabecera del presidente Chávez (1999-2013) veía con preocupación el rumbo “caótico” que había dado el gobierno de Maduro a la potencia petrolera y al proyecto político heredado.
“Observo un gran teatro tragicómico de un farsante, no de un revolucionario”, afirmó este académico de 79 años, gran estatura y espeso bigote blanco, que ha plasmado su militancia izquierdista en una quincena de libros, algunos escritos a cuatro manos con el intelectual estadunidense Noam Chomsky.
Firme defensor del chavismo durante años, Dieterich se distanció del proceso en 2007 coincidiendo con la destitución del ministro de Defensa Raúl Isaías Baduel -ex compañero de armas de Chávez y artífice de su regreso en el breve golpe de Estado en su contra de 2002- después de que hubiera manifestado posturas críticas con el gobierno.
En su despacho, el único vestigio de la conexión de Dieterich con Venezuela, es un afiche firmado por su “amigo” Baduel, encarcelado desde 2009 y fallecido hace un mes. El sociólogo dijo que no ha cambiado de bando político y asegura que sus críticas parten de una angustia de ver como Maduro “pone en peligro que se pierda todo lo construido” por Chávez por “su falta de capacidad de liderazgo y la absoluta mediocridad de su equipo”. “Esa izquierda se ha quedado sin un paradigma de orientación, no tiene un rumbo estratégico”, argumenta.
El alemán consideró al fallecido líder bolivariano capaz de aplicar en Venezuela su concepto de “socialismo del siglo XXI”, que contempla una democracia participativa y una economía no basada en el mercado, pero reconoce que “nada de esto se hizo en Venezuela ni en ninguna parte del mundo” y que, de hecho, el esquema económico y político de Chávez ya estaba “estructuralmente agotado” desde 2010.
“Chávez lo sabía y, si hubiera estado con salud, hubiera tenido que cambiar cualitativamente” su rumbo, como procuró hacer antes de morir con planes para una mayor eficiencia o de impulso a la construcción de viviendas, afirma este intelectual afincado en México desde hace 49 años.
Ahora, “Maduro no está a la altura de las necesidades que exige el cambio del modelo en estos tiempos”, dijo Dieterich, que cree que el exsindicalista y el más longevo ministro de Exteriores del fallecido gobernante, sufre de falta de “trasfondo cultural” y se equivoca tratando de “vestir con la ropa de Chávez”.
Para Dieterich, Maduro impulsa “una guerra económica ficticia”, tratando de “inventar un enemigo” para hacer frente a una inflación anualizada del 67%, la mayor de América Latina, y a una escasez cíclica de alimentos, que cree han sido causadas por el propio gobierno. Y aun cuando ha aprobado leyes que aumentan los controles a empresarios y regulaciones a las importaciones, la inflación, según el sociólogo alemán “no la puedes bajar con guerra, la tienes que bajar liberando el precio del dólar y liberando las importación”, sostiene en manifiesta referencia al control de cambio que existe en el país desde el año 2003.
Frente a la estrategia de Maduro, el sociólogo recuerda como pese a sus polémicas expropiaciones Chávez “entendió que en Venezuela no había condiciones para radicalizar su proceso y empezar a quitarle el control de la economía al capital privado”. Para evitar que el país viva un eventual escenario de violencia, Dieterich ve necesaria una renovación profunda en el seno del partido de gobierno y “no sólo del presidente”.
Venezuela se ha convertido desde el año 2019 en el epicentro de la política internacional debido a que su crisis político-institucional, no sólo se ha añadido al colapso económico y social presente desde el 2013 cuando Maduro asumió al poder, sino que también se ha transformado en una crisis regional, por la salida- según algunas estimaciones de más de 8 millones de emigrantes venezolanos –En este escenario se vislumbra en los actuales momentos una desafiante defensa de los derechos humanos y los valores democráticos, por la abierta manipulación de las recientes elecciones regionales, en las que el régimen desconoció el triunfo del candidato opositor de Freddy Superlano, en Barinas.
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