La derrota de Argenis Chávez y el fin de una dinastía regional
No es que el derrotado exgobernador de Barinas, Argenis Chávez, fuera muy conocido nacional ni regionalmente, pero en lo que toca a la superficie y población del tercer estado llanero del país, era el sucesor sentimental y consanguíneo de Hugo, el fundador de la dinastía Chávez, que en algún momento -y por esas razones indescifrables de la historia y de la política- podía llegar a ser “Comandante en Jefe” de la herencia que sin legado le dejó su hermano mayor.
Nunca se conoció, si embargo, el grado de afecto ni de confianza de Hugo por Argenis, pero en unos días tan tempranos como los del ascenso del llamado “Centauro de Sabaneta” a la presidencia de la República (febrero de 1999), el segundo fue llamado a ocupar un cargo inventado, el de “Secretario de Estado” cuando el patriarca Hugo de los Reyes fue electo gobernador de Barinas. Después fue llamado en el 2011 para ocuparse sucesivamente de los cargos de “Comisionado para los Cargos de Generación Eléctrica”, Viceministro de Desarrollo Energético”, “Ministro de Energía Eléctrica” y “Presidente de Corpolec”, hasta que Maduro, que había sucedido en la presidencia a su difunto hermano Hugo, lo promueve como candidato a diputado por Barinas en las elecciones para la Asamblea Nacional del 6 de diciembre del 2015, donde es derrotado estrepitosamente por el ahora electo gobernador, Freddy Superlano.
De modo que Argenis Chávez tiene que regresar en 2016 a la política regional barinesa, a ocuparse en cargos tan difusos como “Comisionado del Área Productiva de Barinas” o “Secretario de Desarrollo Económico de la Gobernación”, hasta que el 4 de junio del 2017 sucede a la renunciante gobernadora, Zenaida Gallardo, y gobernador electo de Barinas no viene a resultar sino en los cuestionados comicios del 4 de junio del 2017.
Pero en todo este periplo (largos 18 años), Argenis Chávez no se ha estado tranquilo, y ya en Caracas o ya en Barinas, acumula la fama de ser un hombre inmensamente rico, con haciendas que pueden contarse en docenas, inmuebles y propiedades de todo tipo y un desbordado poder personal que inspira reportajes en medios internacionales como la revista alemana, “Der Spiegel”, la colombiana “Semana” y el diario español, “El País”, donde sencillamente lo reconocen como el jefe de “La Familia Real de Barinas”.
Sin ir muy lejos, ya en 2008, el diputado oficialista Wilmer Azuaje le hace acusaciones que hacen historias sobre sus corruptelas y abusos, pero sin que los tribunales se den por aludidos y más bien, aparte de despojarlo de su inmunidad parlamentaria, lo mantiene en la cárcel “por difamación” durante casi dos años.
Argenis Chávez, no obstante, mantiene su carrera. Se presenta como el verdadero sucesor de Hugo por cuanto el hermano mayor, Adán, luce como separado de la política y en un momento en que el “madurismo” no tiene empacho para presentarse como “el auténtico chavismo”, propone de nuevo su candidatura para la gobernación de Barinas en las elecciones del 21 de noviembre pasado y se lleva, no solo él, sino el chavismo y el madurismo, la sorpresa de que el Estado donde el fundador de la “Familia Real” empezó su cruzada, no quiere nada con la revolución.
Eslabón que acaba de romperse en la ya larga y concatenada carrera política de Argenis Chávez (unos 22 años), que si bien no se había distinguido por su pertenencia a los altos cargos ministeriales como el fue el caso de su hermano Adán cuando ascendió de la gobernación al ministerio de Educación, o el de su sobrino político Jorge Arreaza, quien fue canciller de la República durante cuatro años, estuvo siempre ahí, en el salto de mata de la administración chavista, con una edad que lo mostraba apto (63 años) para aspirar a la cima, si la política o la historia sostenían más allá de lo suficiente el mito que cambio el destino de Venezuela por un tiempo no mensurado todavía.
Por eso se piensa, que si no la mayoría electoral nacional que se abstuvo en un 80 por ciento en las elecciones donde salió derrotado Argenis Chávez -y el liderazgo de los partidos de oposición que participaron solo a medias en el evento-, fueron los primeros sorprendidos cuando del cogollo de la directiva del CNE (el presidente Pedro Calzadilla y los rectores Enríquez Maáquéz y Roberto Picón) dieron a conocer la mañana del lunes 22 la información de que faltaban tres actas de los resultados electorales en Barinas y que las mismas daban ganador al candidato opositor, Freddy Superlano.
¿Por por qué no habían llegado las actas, o quien las había retenido, seguramente por decisión de la directiva del Psuv en Barinas que se negaba a admitir que un candidado de la poderosa familia Chávez había sido derrotado en el santuario del fundador o quizá de grupos ligados a la administración del todavía gobernador que se negaban contabilizar sus pérdidas?
Pero no. Ni una cosa ni la otra, ni decisión de la directiva del Psuv en la entidad, ni de grupos de burócratas conectados con la administración regional: la respuesta era aun más a grave: la actas que formalizaban la derrotada de Argenis Chávez como gobernador de Barinas, estaban incautadas en el comando de la Zodi 32 de la ciudad capital y por orden del jefe militar de la Zona, el general José Serrano Gotera.
En otras palabras, que un micro o mini golpe de estado orquestado desde Barinas por los máximos jefes políticos y militares de la entidad, quienes no solo estaban desobedeciendo órdenes de los organismos electorales que actuaban conforme a la ley sino violando flagrantemente la Constitución Nacional.
Se esperó por tres días una reacción de jure o de facto de sus máximos defensores, el presidente de la República, la Asamblea Nacional o el Tribunal Supremo de Justicia y lo que siguió fue un solemne silencio, roto apenas el martes pasado, cuando el máximo tribunal ordenó suspender el conteo de votos en Barinas, sin pronunciarse por la decisión popular que ya había electo al nuevo gobernador Superlano y llamando a realizar nuevas elecciones.
Esta decisión fue adversada por lo menos por tres miembros del CNE (Calzadilla, Márquez y Picón), quienes, sin embargo, acataron una decisión de la Sala Electoral del TSJ convocando unas nuevas elecciones en Barinas para el 9 de enero próximo, pero desde luego, ha puesto en evidencia la chapucería con que las máximas autoridades judiciales y electorales manejan la Constitución y la convierten en una melcocha para uso o de quienes inconstitucionalmente conducen el país.
¿Pero el presidente de la República, Nicolás Maduro, que dice el presidente obrero ante la decisión de la máxima autoridad judicial del país avalando una auténtica rebelión contra el resultado de unas elecciones regionales ya establecido por el máximo organismo electoral y ante el cual no había sino obedecer y acatar?
Pues nada, sino someterse a la convocatoria a elecciones de la Sala Electoral que anula las elecciones por las que Superlano ya era gobernador y se acepta una gobernación de facto, la de Argenis Chávez, si no hubiera sido porque este renunció a su postulación para el nuevo mandato y Barinas se convierte en el emblema o incógnita donde se pelean por el poder las facciones que se enfrentan por el control del país pero sin dejar a entender nada claro…hasta que ocurre.