¿Cómo se juega al blackjack? Una guía para principiantes
Aprender a jugar blackjack es mucho más fácil de lo que te imaginas. ¡El verdadero reto está en convertirte en un gran apostador! Ya sea en una noche de juego con amigos, en las grandes casas de apuestas de Las Vegas o en un casino en línea, el blackjack es garantía de una descarga de adrenalina en cada partida.
Un juego con más de 400 años de antigüedad
El origen del blackjack es desconocido a ciencia cierta. Sin embargo, algunos historiadores consideran que su primera referencia se encuentra en la sátira “Riconete y Cortadillo” del escritor español Miguel de Cervantes Saavedra. ¡Sí, también el creador del famoso Quijote de la Mancha!
Podemos estar seguros de que el antecesor del blackjack, llamado veintiuno, es un juego muy antiguo. El texto de Cervantes fue escrito hace al menos 400 años y cuenta cómo dos muchachos comienzan a jugar cartas haciendo trampa para sobrevivir en Sevilla.
El juego como lo conocemos actualmente fue adaptado siglos después, tras las migraciones de Europa al continente americano.
¿Cómo se gana en el blackjack?
La dinámica del blackjack es muy sencilla: con las cartas que se barajan, el jugador debe sumar 21 puntos o el número más cercano a esa cantidad. Se enfrenta directamente a la banca comparando las cartas que tiene cada uno en la mano. Pero debe poner mucha atención pues automáticamente pierde la partida si sobrepasa el mágico número 21.
Para conseguir esa puntuación, se suman los valores de dos cartas que se reparten de inicio. Opcionalmente puede añadir más cartas a su mano en cada turno para seguir sumando. La mejor jugada sucede cuando las dos cartas iniciales alcanzan el 21, ¡ese es el blackjack!
Para determinar al ganador, se compara la suma total que alcanza cada participante contra la mano de la banca. Ganan todos los jugadores que logren una mano superior a la de la banca. En caso de que la casa supere el número 21, ganan todos aquellos que se plantaron sin importar la suma de puntos que tengan.
Memoriza el valor de las cartas
Conocer de memoria el valor de los naipes es fundamental para tomar las mejores decisiones en el blackjack. Las cartas numeradas del 2 al 10 simplemente mantienen el valor correspondiente a su numeración.
Sin embargo, el As es la única carta de toda la baraja que tiene dos posibles valores: 1 u 11 dependiendo de lo que le convenga al jugador. ¡Por eso se les considera las cartas más valiosas del juego! Es importante tener en mente que las cartas con figuras como el rey, la reina y los jokers tienen un valor de 10 puntos.
¿Cuál es la mejor estrategia para jugar blackjack?
Las leyendas del blackjack como Anthony Curtis, Arnold Snyder o el equipo del MIT se convirtieron en grandes apostadores incorporando las matemáticas al juego. Utilizando diferentes técnicas, son capaces de calcular la probabilidad de que salgan cartas con mayor valor. ¡Así pueden estar un paso adelante de cada jugada!
Un dato muy importante que debes saber es que la baraja tiene en total 52 cartas, 16 de ellas con un valor de 10 puntos. Es fundamental tenerlo en mente al momento de elegir si tomar más cartas o plantarse para no superar los 21 puntos.
Los famosos que son amantes del blackjack
La popularidad mundial del blackjack lo ha convertido también en una referencia en la cultura pop. Por ejemplo, músicos como Ray Charles, Sting y Frank Sinatra se inspiraron para componer canciones. Además celebridades de Hollywood son famosos por su afición al blackjack, entre ellos Michael Jordan, Paris Hilton, Eminem y Ben Affleck.
No podemos olvidarnos de las veces que el blackjack ha sido protagonista en la pantalla grande, con películas como “The Hangover”, “007: Licence to Kill” y el clásico “Casino” de Martin Scorsese y Robert De Niro.
Durante siglos, este pasatiempo ha recorrido todos los continentes pasando de voz en voz con diferentes versiones pero un mismo objetivo: sumar 21. Hasta convertirse hoy en día en uno de los juegos más populares del casino en línea. Ya conoces los principios básicos, el siguiente paso es perfeccionar tu estrategia. ¡Recuerda que la práctica hace al maestro!