331 hechos delictivos se registraron en las universidades entre 2020 y 2021, afirma ONG Aula Abierta
Al menos 331 hechos entre hurtos y destrozos ocurrieron en las universidades del país desde el inicio de la pandemia en marzo 2020 hasta noviembre de 2021, aseguró la ONG Aula Abierta a través de su más reciente balance.
Solamente entre enero y noviembre de 2021 sucedieron 150 “incidentes de seguridad”.
Aula Abierta precisa que los “robos y destrozos” dejaron a las casas de estudio en “una situación mucho más comprometida de la que ya estaban”, principalmente ante la falta de apoyo por parte de la administración chavista.
Según el reporte hecho por el Observatorio de Universidades de la ONG, detalló que nada más en enero fue el mes con más denuncias por casos de inseguridad, con un total de 28 registros.
Las instituciones más perjudicadas fueron: Universidad de los Andes (90 casos), Universidad del Zulia (69), Universidad de Oriente (61), Universidad Central de Venezuela sede Caracas (56) y Universidad de Carabobo (14). Todas quedaron desamparadas cuando fueron suspendidas las clases por la pandemia.
El director de Aula Abierta, el profesor David Gómez, expresó que estos hechos de inseguridad ocurren en un contexto de “política de Estado” contra la universidad venezolana, su autonomía y su libertad académica.
“Hay muchos más casos, probablemente, pero hemos documentado 331 situaciones muy graves, que afectan fundamentalmente el derecho a la educación de calidad”, afirmó Gómez Gamboa al medio Voz de América este jueves 30 de diciembre.
El informe de Aula Abierta señala que 186 de los incidentes de inseguridad impidieron la docencia universitaria. Otros 31 afectaron la investigación académica y científica, y 76 eventos similares perjudicaron las “funciones auxiliares” en espacios rústicos y de esparcimiento.
Otros 31 robos y destrozos sucedieron en los comedores, bibliotecas y el transporte. “Siete incidentes han afectado la vida e integridad personal de universitarios y guarda-custodios de bienes universitarios”, añade.
Según Gómez Gamboa, “la precariedad de las universidades atiende a una práctica sistemática de asfixia presupuestaria” durante la última década.