Yunior García llegó a España con el visto bueno de las autoridades cubanas: «Me gustaría ser más valiente, pero soy humano»
«Mi generación no bebió de la misma compota extraña de nuestros abuelos, no nos hizo efecto», asegura en una entrevista con EFE en Madrid Yunior García, el líder opositor cubano, sobre los jóvenes de su país que se movilizan contra el Gobierno de Cuba para reclamar un cambio en la isla, y para quienes las redes sociales han sido un punto de encuentro en el que «aplaudirse y reivindicarse».
García, de 39 años, llegó sorpresivamente el pasado miércoles al aeropuerto madrileño de Barajas desde La Habana, acompañado de su mujer y con visado de turista para 90 días, ayudado por personas y organizaciones de España y de su país, de los que no quiso dar detalles por posibles represalias.
Efe entrevistó al artista cubano tras una multitudinaria rueda de prensa convocada en la capital española por la organización internacional Prisioners Defenders, en la que aseguró que estaba cansado y que había sido todo tan rápido desde su salida de Cuba el pasado martes que no le había dado tiempo a «quitarse el polvo del camino”.
Sin embargo reconoció que era necesario ese viaje, ya que tanto él como su familia estaban recibiendo demasiadas presiones y que en los últimos tiempos apenas había conseguido dormir un par de horas seguidas.
Consciente del salto generacional que se está viviendo en su país, García hace una comparación de las ideas del «régimen» cubano con una «compota extraña», que sus abuelos tomaron y que a la juventud actual ya no afecta.
Lo que en un principio fue, según el líder opositor cubano, una «revolución hermosa», ahora es «una revolución que envejeció y se convirtió en lo mismo que querían destruir”.
Por eso hace una llamada al pueblo cubano «para que tome conciencia y no permita nunca más abusos de este tipo, para que pierda el miedo y acabe con el terror infundado”.
El artista valora un elemento muy importante para las nuevas generaciones cubanas, el acceso a Internet y las redes sociales, que les ha permitido llevar a cabo lo que han denominado «revolución de los aplausos», ya que las redes se han convertido en un lugar «donde aplaudirnos».
«NO SOY UNA ESTATUA DE BRONCE»
El dramaturgo, dirigiéndose a quienes le cuestionan por haber salido de Cuba, asegura que le gustaría ser más valiente, y que no es esa “estatua de bronce” que algunos creen, que es humano.
En España, el disidente cubano afirma que se siente útil para poder hacer algo real por su país sin pensar en nada más y que aquí esta más cerca de lograrlo.
Cuando habla del miedo, Yunior García parece conocer bien la sensación y asume que “cuando tienes tanto temor de pronto se pierde todo el miedo” y que “cuando crees que no puedes sentir más viene otro día peor que el anterior”.
SU FAMILIA, SU PILAR
Pierde los miedos, explica, gracias a la fuerza que le dan su mujer y su suegra, quienes le dijeron en un momento de derrumbe: “levanta la cabeza vamos a estar contigo bajo cualquier circunstancia”.
Cuando habla de su familia, no puede evitar pensar en si algo les pasará, aunque eso es algo que intenta quitar de su cabeza, pero quiere creer que su país no se puede «deshumanizar» para hacerle daño.
A su hijo en Cuba le desea que no tenga que pasar por lo que ha sufrido su generación con un “adoctrinamiento terrible”. García Aguilera espera que su hijo sea “un revolucionario de verdad, en el sentido real de la palabra”. EFE