Las falsas promesas del régimen chavista-madurista
Quienes hoy detentan el poder, en su rostro y verbo, asoman la miseria de su pasado y el divorcio del lenguaje civilizador, decente y respetuoso que merecemos los venezolanos. Una de las manifestaciones más reiterativas en los últimos tiempos por parte de Nicolás Maduro y sus voceros gubernamentales, nos permite avizorar que vienen tiempos más difíciles aún para quienes tenemos el derecho y el deber de informar.
La experiencia puesta de manifiesto por las democracias pluralistas se manifiesta mediante una cultura de valores proclive a la tolerancia y al entendimiento, lo cual es garantía de una verdadera libertad de expresión y de prensa. Mientras se observa por otra parte, manifestaciones más agresivas mediante la banalización lacerante y la degradación del discurso político, que es la desvalorización de las palabras, la manipulación, visualización y orientación de la realidad en función de determinados intereses.
No se puede sustituir el pensamiento crítico por una conciencia sistemática falsa que funciona con frases, artilugios y muchas otras maneras desde el poder, pues la sociedad venezolana interpreta con fluidez los valores, conceptos y sus aspiraciones para resolver problemas sociales y determinadas crisis, y entiende perfectamente lo que afecta existencialmente al pueblo.
Hoy en día todas las ideologías sufren los embates del aceleramiento de los cambios históricos, y el llamado socialismo ha sufrido una fuerte derrota, gracias al desencanto producido por el fracaso de la utopía comunista, que ilusionó a tanta gente durante más de siglo y medio.
Solo los gobiernos autoritarios imponen su voluntad sobre la Constitución y las leyes, conculcando los derechos humanos y los procesos institucionales democráticos. Pueden ser civiles o militares, de izquierda o derecha o sin definición ideológica. Los lideran, casi siempre, caudillos arbitrarios, que llegan al poder por la fuerza y a veces por la voluntad del pueblo, pero no renuncian al autoritarismo. Venezuela un ejemplo a citar.
El hecho radica en que terminan culpando de todas sus desdichas a supuestos enemigos de la llamada revolución del siglo XXI, y todo lo manejan secretamente para perjudicar a las grandes masas, endilgando sus propios errores a sus adversarios políticos, y procurando convencer a sus camaradas de que para salir adelante no hace falta trabajar ni superarse, sino quitarle los privilegios y posesiones a quienes siempre los han tenido.
Una demostración palmaria de lo que aquí exponemos es la vergonzosa actitud asumida por una seudo periodista del canal televisivo del estado VTV, en días pasados, quien invadió una vivienda bajo el pretexto de que no había sido habitada por espacio de 4 años por su propietario que se encuentra fuera del país, y para colmo presumiendo hacer valer sus derechos ¿ cuáles?
No olvidemos que en su discurso, los socialistas marxistas y mal llamados bolivarianos apelan a ese resentimiento que es el caldo de cultivo con el que mantiene viva la luz y esperanza de quienes como hipnotizados aplauden, ríen y festejan la tragedia de sus propias vidas. Y ese es el mensaje que en estos días próximos a las elecciones del 21 de noviembre, privilegian a todo lo ancho y largo del país, en su pretensión de mantenerse en el poder que desde hace 23 años desgraciadamente tomaron por la vida del voto democrático, a mala hora.
Miembro fundador del Colegio Nacional de Periodistas (CNP-122)
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