MOE-UE no podrá interferir pero «tampoco callar» ante cualquier hecho el 21N: Exdiputado europeo
La Misión de Observación Electoral de la Unión Europea (MOE-UE), que llegará en breve a Venezuela para ver de cerca el antes, el durante y el después de los comicios regionales y locales del próximo 21 de noviembre, tomará nota del desarrollo del proceso sin interferir en la organización y sin sesgo político, tal y como marca su estricta normativa.
Según explicó a Efe el exdiputado del Parlamento Europeo (PA) Carlos Iturgaiz, quien fue jefe de varias misiones en América y Asia, la función es escuchar a todos los actores, ver cómo se desarrolla y se gestiona el proceso y, posteriormente, emitir un informe que recogerá lo positivo y lo negativo.
«No podemos injerir; nosotros podemos oír, ver, pero no callar, porque lo que vemos lo colocamos luego en nuestros informes, que recogen todas las reuniones, con quiénes nos hemos reunido, un resumen de lo que se ha hablado, y de los problemas que hemos advertido, si se detectan», explicó Iturgaiz.
El político, actual presidente del Partido Popular en el País Vasco (España), agregó que ese informe debe contener, «en caso de considerarlo, unas recomendaciones cuyo fin es mejorar futuras elecciones», y siempre se emitirá cuando todo el proceso haya concluido.
A continuación, algunas claves sobre el desarrollo de una MOE-UE:
La decisión de desplegar una MOE-UE
El primer paso deben darlo las autoridades del país donde se celebrarán los comicios, extendiendo una invitación formal a la UE para que observe sus elecciones sobre el terreno.
Tras recibir la invitación, la UE envía una misión exploratoria que comprueba, in situ, si la MOE-UE será «útil, factible y recomendable», es decir, si podrá contribuir de manera constructiva, si el despliegue logístico es posible, y si se hay condiciones mínimas para una observación eficaz.
La organización
Cuando la decisión está tomada, se firma un memorando de entendimiento entre las partes, se decide el número de observadores necesarios para el país, según sus características, la duración de la misión, las tareas a desarrollar y el presupuesto.
Además, se nombra al jefe de la MOE, que ha de se un miembro del PA que dirigirá el proceso desde el comienzo hasta el final, manteniendo comunicación regular con la Comisaría de Relaciones Exteriores de la UE antes, durante y después de los comicios.
Los observadores
Los observadores son seleccionados por la Comisión Europea (CE) y el Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE) entre una lista en la que deben estar inscritos los aspirantes, y que es gestionada por la Dirección General de la Oficina de Cooperación de la institución.
Para ser elegido observador entre una larga nómina, hay que cumplir con una serie de requisitos que contemplan capacidades de diversa índole y un alto nivel de compromiso con su función, pero, según Iturgaiz, «la profesionalidad (está) por encima de todo», así como tener clara la «independencia» ideológica en sus funciones.
La estructura
Para montar una estructura organizativa, se tienen en cuenta las recomendaciones de la misión exploratoria, que propondrá un número apropiado de miembros para el equipo central, y de observadores de largo y corto plazo, según el tamaño y distribución del país, la complejidad técnica y la importancia política.
Una MOE-UE al uso cuenta con un jefe de misión, un jefe de misión adjunto, un analista electoral, uno legal, uno político, uno de derechos humanos, otro de medios de comunicación, un jefe de prensa, un coordinador de observadores, un analista estadístico, un experto en operaciones, otro en seguridad, y los observadores de largo y corto plazo.
En el terreno
Una vez en el país, los equipos se despliegan de forma que exista una presencia equilibrada en cada zona, en función de su extensión, número de habitantes, instituciones y grupos sociales con los que trabajar de manera directa, o territorios más o menos conflictivos, entre otros condicionantes.
No obstante, quedan fuera de observación aquellas regiones donde se presenten problemas logísticos, como el transporte o la carencia de alojamientos, así como las zonas donde esté comprometida la seguridad de los miembros de la misión, con riesgos que no se puedan controlar razonablemente.
Durante y después de las elecciones
El día de los comicios, los miembros de la MOE se despliegan en los colegios electorales y zonas aledañas, así como en el centro de recuento, para comprobar si se cumplen las condiciones establecidas según la normativa del ente rector de los comicios, como la prohibición de propaganda o las horas de apertura y cierre de los lugares habilitados para votar.
Y dos días después, el jefe de la misión hace una declaración preliminar, en la que explica los primeros hallazgos, que se desarrollarán ampliamente en el informe final, que se presentará unos dos meses más tarde, detallando los pros y los contras encontrados, así como las recomendaciones para futuras elecciones. EFE