¿A quién engañan?
Las dictaduras de estos tiempos se aprovechan de las comunicaciones digitalizadas para vender sus relatos plagados de falsedades. No hay vía en la plataforma tecnológica por la que no rueden las versiones previamente elaboradas por los especialistas en fabricar mentiras según las cuales “todo está de maravilla en Venezuela”. Es el mintiendo o mas bien la gota incesante que va cayendo sobre la piedra hasta lograr orarla. Pues así ocurre ahora con esas campañas orientadas por los laboratorios al servicio de la dictadura que “nos quieren meter gatos por liebres”, cuándo por ejemplo nos atiborran de testimonios basados en mentiras como esas de que “todo está normal en Venezuela”.
Pero los embustes “tienen patas cortas”, como decía mi abuela Emelina. Para ver la realidad basta con conversar con los productores agropecuarios de Zaraza que están siendo esquilmados por los especuladores que le venden el combustible a precio de oro. ¿Eso es normal? ¡Desde luego que no! Lo que es, es una gran sinvergüenzura de esos militares o activistas que, con sus chapas de revolucionarios, siguen matraqueando a su leal saber y entender.
¿Cómo se puede llegar a la desfachatez de querer presentar un paisaje muy bonito de un país en donde no hay agua potable en un estado, como el Guárico, que tiene grandes reservas hídricas? Eso lo que es, un rotundo fracaso de un modelo que no sirve para nada, salvo para que roben y se enriquezcan los integrantes de la elite que hace y deshace en esta Venezuela colocada patas pá’rriba.
La tragedia es evidente y no podrán ocultarla con esos videitos pagados para que se pretenda camuflar las calamidades de los pacientes en los hospitales de Calabozo o de Valle de La Pascua, en los que hay muchos enfermos pero escasean los insumos, desde el alcohol y las inyectadoras.
Pero no es suficiente con reprochar esas imposturas. Es indispensable que les salgamos al paso para evitar que esa política de desinformación percolen en la percepción de los ciudadanos que ingenuamente pudieran llegar a comprar semejante fantasía.
Por eso aprovecho este espacio para gritarle a todo el país lo que acontece en mi región, en donde pasamos de haber tenido excelentes centros universitarios como la Universidad Rómulo Gallegos (UNERG) o el Tecnológico de Los Llanos, a ser espectadores de esas ruinas en las que se van reduciendo esas instalaciones que sirvieron de alero a legiones de jóvenes que salieron de sus aulas bien formados.
Hay que encarar esas prácticas hitlerianas, propias del nazismo que ahora se presenta en versión criolla con las predicas maduristas. Hay que desnudarlos para que se vean en pelotas con sus cicatrices de fracasados en un país que los repudia y que seguirá luchando para recuperar la libertad.
@CYsmayel