A la memoria de Emilio Nouel
(Reproduzco, en homenaje al querido amigo que perdemos, el artículo que escribí en 2014 con motivo de la aparición de su libro tan vigente «La cláusula democrática«)
A democracias bobas, dictaduras caribes. Este es el título que me provoca y el sabor que me deja y así escribo, el nuevo libro del venezolano Emilio Nouel, “La Cláusula Democrática”, que ha sido publicado recientemente aquí en Caracas por el Instituto de Estudios Parlamentarios “Fermín Toro”, con prólogo de Henrique Meier y bajo el cuidado editorial de Iván Márquez Negretti. Lleva un subtítulo: “La soberanía externa frente a los derechos fundamentales”.
Es un libro de “escuela” en lo que el aula tiene de sagrado, con lo que quiero insinuar que es una obra para la formación del carácter ciudadano y no solamente para la descripción de coyunturas específicas. Es útil pues, para pensar y también para construir haciendo política, que es más que levantarse un buen día, ir a votar, y mañana, otra vez a lo mismo de siempre.
También, cómo no, es una narración bien amarrada, en 158 páginas, en las que nos paseamos por los complicados caminos que han llevado al hombre a creer y practicar, frente a tantos esfuerzos en contrario, que la democracia es a pesar de sí misma muchas veces, la realidad tangible más parecida a la utopía que el hombre ha diseñado para vivir y convivir en este mundo siempre injusto y tan lleno de necesidades e insatisfacciones, al lado de tanta riqueza o mal habida o mal distribuida.
Además el autor quiere ponernos a repensar, siempre es sano, sobre qué es la democracia, cuál ha sido su desarrollo histórico, cuánta su lucha contra las dictaduras, dónde su crisis de sentido y destino.
Pero como el precio de las cosas no se establece sino en comparación con otras, abre allí sus fauces la dictadura con todos sus desdenes de parentela, que ha tenido, como afirma el autor, “…una alta capacidad para mutar y propagarse”, despilfarrando, corrompiendo, maniatando, asfixiando. Y hasta de demócratas han aprendido a disfrazarse y llaman a elecciones libres y participan en ellas o acuden a procesos de paz en los que no creen pero que aceptan por la única ambición que los despierta: el poder del poder.
Muchas tiranías de hoy navegan sobre la “legalidad burguesa” que tanto odian, para hacerse del control político y no querer soltarlo ya jamás. “La historia me absolverá”, es una intención de eternidad confesa de un ego que ni Dios.
Las cosas así de fraudulentas y a la vista de todos han provocado una cierta, aunque tímida, reacción internacional a través por ejemplo de la llamada “cláusula democrática”. Ella vendría a ser una especie de salvavidas ético que no pueden obviar los regímenes políticos por el sólo hecho de haber ganado unas elecciones presuntamente libres y transparentes, a partir de lo cual comienzan a enseñar, con sibilina astucia, su talante de todo lo contrario, con acciones y omisiones las menos democráticas del mundo, y además a quejarse inmediatamente, como dicta el manual, de ser “perseguidos políticos del imperio”.
El libro de Nouel recorre y alumbra todos estos detalles, los pone en perspectiva, actualiza casos y bibliografía. Se nota que es producto del esfuerzo académico, la honestidad personal y la urgencia política. Libro para servir.
Te felicito Emilio; gente de uno, por si no lo sabían.