Primer acuerdo: el sol sale por el este
1. La foto los iguala bajo la mirada monárquica del zapatero de Noruega. Parecen iguales en su simetría de corbatas, trajes oscuros y muy pocas mujeres. Es la ilusión de dos poderes enfrentados. Sería lo deseable; pero, no es así. Allí está el régimen de Maduro: detrás de sus trajes y sonrisas están los tanques de guerra, la Dgcim, el Sebín y el FAES, la represión más inclemente, el abuso sistemático, incluso algunos de sus rehenes sentados del otro lado de la mesa. Detrás del sector opositor allí presente hay un vacío, el del poder de masas que se perdió, el del interinato que yace en la niebla de la ambigüedad, con un poder que se evapora que es el apoyo de algunos países, convertido en mandato para entenderse “sí o sí” con el régimen.
2. El “comunicado conjunto” entre el “Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela” y la “Plataforma Unitaria de Venezuela” establece dos temas que son el “Acuerdo para la Ratificación y Defensa de la Soberanía de Venezuela sobre la Guayana Esequiba” y el “Acuerdo Parcial para la Protección Social del Pueblo Venezolano”.
3. Que unos venezolanos discrepantes se pongan de acuerdo con el propósito de defender la integridad territorial y resolver el problema humanitario resulta loable. Que unos venezolanos que quieren resolver esos problemas se pongan de acuerdo con otros venezolanos que los han creado resultaría ensalzable si hay un acto de contrición y propósito de enmienda de estos últimos. Que unos venezolanos que quieran resolver esos problemas se pongan de acuerdo para permitir que los que los han creado y no tienen ningún propósito de corregirlos se laven la cara, es un acto reprobable.
4. Lo primero es la defenestración de Carlos Vecchio por exigencia de la banda de Maduro. Este aceptó la decisión, digamos que bajo protesta, según se desprende de un comunicado donde denuncia en términos fuertes las elecciones del régimen. Pero es insólito que el G4 consienta que sus delegados los boicotea la contraparte sin un mínimo intento por un gesto equivalente. El que Vecchio haya salido no es una muestra de “buena voluntad” para facilitar la negociación sino la obediencia de sus colegas y su partido al ultimátum de los contrarios.
5. Tres de los delegados del G4 son rehenes (uno era exiliado, otro era refugiado y otro más estaba preso) a los cuales el secuestrador los admite como negociadores (en un caso lo propone), cuando la precariedad de su libertad (como la de todos, pero mayor) crea el ambiente para condicionar sus conductas. Extraña en esa delegación que no haya negociadores experimentados cuando deben contender no sólo con Maduro, sino con el mediador noruego, desesperado por anotarse un gol como en el caso de Colombia.
6. En relación con el tema del Esequibo se introduce la idea de que “las dos partes” andan en idéntico predicamento: la defensa de la soberanía nacional. La realidad es que el chavismo entregó la zona en reclamación por razones geopolíticas bajo la coyunda de Fidel Castro; de esta calamidad hay documentación de sobra. Por tal razón resulta insólito que la defensa de los intereses soberanos del país aparezca compartida por quienes los dejaron decaer de manera voluntaria y consciente.
7. Nadie en su sano juicio podría oponerse a medidas que garanticen la salud de los ciudadanos. Aun si se considera que el desastre de salud pública en todos los sentidos y terrenos, lo que incluye la situación de Covid-19, ha sido producto de la desidia del régimen. Sin embargo, cuando se lee el punto cuarto del “Acuerdo Parcial para la Protección Social del Pueblo Venezolano” se observa que, aparte de coincidir en la crítica a las sanciones que los países amigos han impuesto al régimen y a sus personeros, lo que el régimen “entiende” es que se buscan “los recursos para la atención social del Pueblo de Venezuela en las materias contenidas en este acuerdo”.
8. El punto cuarto establece que “las partes acuerdan designar, cada una, a dos representantes para establecer un proceso de revisión de los inconvenientes derivados del sobrecumplimiento en el sistema financiero en operaciones relacionadas a las “sanciones”…” Es decir, revisión de los inconvenientes derivados del sobrecumplimiento en el sistema financiero. Ligue usted estas palabras: “inconvenientes”, “sobrecumplimiento”, “sistema financiero” y “sanciones”.
9. Para que se vea la comprensión de este párrafo desde la perspectiva del régimen basten las siguientes declaraciones: «Se refiere a que Venezuela recupere los activos, el dinero en cuentas en el extranjeros y que sea utilizado rápidamente, provenga de donde provenga, de las cuentas del país en el exterior, del rescate de activos de Venezuela, de recurrir a recursos a los que tiene derecho Venezuela que pertenecen a multilaterales, como es la figura que establece el FMI para la recuperación en la post pandemia. Todos esos recursos van para atención de covid, vacunas, programas de alimentación, dotación de hospitales. Este acuerdo también fue firmado por las dos delegaciones», declaró Jorge Rodríguez.
10. Inmediatamente Gerardo Blyde, jefe de la delegación del G4, “aclaró, tras la ronda de negociación de anoche, que lo único que el chavismo pidió fue la liberación de fondos que tiene el país en el Fondo Monetario Internacional (FMI), un tema que será discutido en los próximos encuentros… Los recursos del FMI fueron solicitados por el régimen, nosotros no hemos aprobado nada, accedimos a discutir y a profundizar la discusión en las próximas rondas… luego señaló que hay recursos disponibles ya mismo, descongelados en cuentas en el exterior, y que se pueden usar para traer vacunas y fomentar programas sociales… Trataremos de buscar otra serie de recursos siempre que estén enmarcados en la Mesa Nacional de Atención Social, para planes de salud y alimentación del pueblo venezolano. Luego, eso va enmarcado dentro del acceso a vacunas de la OPS y el apoyo a los programas de seguridad alimentaria de la ONU”.
11. Aparte del hecho nada irrelevante de quiénes administrarían los recursos; tal es el propósito del -reconocido por el G4- “gobierno” de Maduro. En realidad, el G4 adhiere a la narrativa del régimen sobre el carácter de las sanciones al admitir con la vaguedad del “sobrecumplimiento en el sistema financiero” que esas sanciones tienen exagerado impacto. Por cierto, sería oportuna una explicación.
12. La libertad de los presos políticos; el retorno de los exiliados; la reparación para las familias de los asesinados, los torturados y enjuiciados; el objetivo de lograr elecciones libres y limpias; son todas metas que están en cola mientras se resuelve lo de los recursos, interés fundamental del régimen.
13. En tanto, vienen las elecciones fraudulentas en un país agotado por los problemas materiales, por la devastación de la salud, por un régimen implacable y criminal, y por la carencia de norte de una dirigencia fatigada, aplaudida por el coro de la élite vencida, resguardada en la covacha de la cohabitación.