Los problemas que plantea el futuro al desarrollo económico
Sin lugar a dudas, nadie podía haber previsto el impacto económico que iba a generar la extensión de la pandemia por el planeta. Sin embargo, a esta crisis económica se le suman los problemas que ya planteaban las tendencias globales al desarrollo económico con el paso de los años. A continuación vamos a cubrir cuáles son los tres principales problemas que dificultarán el desarrollo económico en los próximos años.
Conoce los desafíos a los que tendrá que hacer frente el desarrollo económico
Hemos de aclarar que, en los próximos párrafos, emplearemos términos económicos que es posible que no conozca. Si este es el caso, le recomendamos que lleve a cabo consultas a través de enciclopedias y diccionarios enfocados a la economía, tales como el de Economipedia, en los que pueda acceder fácilmente al significado del cualquier concepto relacionado con la economía que no tenga del todo claro.
Las consecuencias de la continua degradación ambiental
Prácticamente todo el mundo está familiarizado, en mayor o menor medida, con los graves impactos que estamos causando en el medio ambiente. La fuente de recursos que hemos utilizado durante toda nuestra existencia como especie se está viendo cada vez más perjudicada debido a las actividades del ser humano, y ello está llevando no solo a un agotamiento más acelerado de los recursos, sino también a un deterioro y desaprovechamiento de los mismos.
A pesar de los esfuerzos de concienciación y de mitigación ambiental que muchas empresas están llevando a cabo, así como el continuo desarrollo en busca de tecnologías environmentally-friendly, éstos no parecen ser suficiente para equilibrar la balanza. Estamos perdiendo diversidad de especies, la temperatura global está alcanzando máximos históricos y los niveles del mar no dejan de subir. Mientras que los grandes contribuyentes al deterioro ambiental no parecen querer hacer mucho para evitar esta situación, en el futuro la humanidad tendrá que progresar haciendo uso de fuentes de recursos castigadas y limitadas, acelerando así la cuenta atrás hacia el agotamiento total de los mismos, careciendo de alternativas que nos permitan subsistir sin ellas.
El descenso de la contribución de las rentas del trabajo al PIB
Otro de los problemas a los que se enfrenta la economía en los próximos años es al continuo descenso globalizado de la contribución de las rentas del trabajo en el PIB de las naciones. La búsqueda por conocer cuáles son las fuerzas que intervienen en la variación de este indicador llevan perpetrándose durante años, permitiéndonos describir de paso las fuerzas que conforman la globalización así como sus diversas repercusiones. La tendencia a la baja que ha seguido esta contribución se interpreta como un síntoma de que el crecimiento económico está incrementándose más que la suma total de las rentas obtenidas del trabajo, lo que en los últimos años ha dado lugar a políticas reaccionarias de antinmigración y antiglobalización, amenazando de esta manera todo el progreso conseguido basado en la liberalización del comercio y del mercado de capitales en todo el mundo.
Los cambios registrados en la contribución de las rentas del trabajo al Producto Interior Bruto entre finales de los años 70 y la década de los 2000 muestran un descenso de casi cinco puntos, al pasar del 54.7% al 49.9% en las economías más avanzadas del globo. Los mercados emergentes también han sufrido un descenso, al pasar del 39.2% al 37.3% entre 1993 y 2015. Esto supone una preocupación seria para el desarrollo económico al que los políticos deben saber hacer frente con las medidas oportunas antes de que sea demasiado tarde y se colapse la economía. Destacar también la correlación existente entre la participación de las rentas del trabajo y la desigualdad de rentas, siendo el primero concepto empleado para medir el segundo.
Sobre los cambios demográficos que experimentaremos en los próximos años
Finalmente, el tercer desafío al que debe hacer frente la economía mundial será a los importantes cambios demográficos que se avecinan en el futuro. Según las cifras recopiladas en este artículo, la población mundial está creciendo cada vez más despacio, prediciéndose una estabilización en algún punto del siglo XXI. Además, la media de edad de la población será cada vez mayor, siendo el sector que ha vivido más de 65 años el 15% de la población humana en 2050. Por supuesto, estas tendencias variarán drásticamente en función de la región en la que nos encontremos, pero los políticos tendrán que arreglárselas para poder sortear estos obstáculos que amenazan con impedir el desarrollo económico.
Y es que, a pesar de que el envejecimiento de la población es una prueba irrefutable del desarrollo que hemos experimentado como especie y de la prolongada esperanza de vida de la que podemos disfrutar, no podemos subestimar los aspectos negativos derivados de estas tendencias. La tecnología tendrá que adaptarse a las características de la población para sostener el crecimiento económico y generar mejores resultados e ideas con menos mano de obra. Según investigaciones recientes, la contribución de la población al crecimiento económico ha descendido drásticamente en los últimos años, lo que acabará suponiendo un auténtico lastre para nuestro desarrollo económico y general.