Unidad

Opinión | agosto 25, 2021 | 6:16 am.

¡Unidad! ¡Unidad! ¡Unidad! Se escucha por las calles y no como una consigna, sino como un reclamo. «Vayan unidos», les dicen a aquellos candidatos que salen a recorrer calles, abrazar viejitos y besar niños.

Lo dicen como una exigencia que nace del espíritu y de la sabiduría de un pueblo que quiere un cambio para el bien de todos los venezolanos.

«Ya dejen de pelearse entre sí», es otra de las sabias observaciones que dicen los ciudadanos de a pie, que no quieren saber nada del pugilato partidista que hace que la gente le dé asco la política y que piensen que todo sigue igual por culpa de los errores de la oposición – lo cual no está tan alejado de la verdad –.

El término unidad no es un simple slogan, ni tampoco es una mera estrategia para ganar una elección. No. La unidad va más allá de los partidos y de las apetencias de aquellos que poseen cargos partidistas; la Unidad es un deber que todos tenemos para con el país.

Muchos tienen deseos de alcanzar una gobernación o una alcaldía, de ser concejales o diputados. Muchos tienen el derecho de optar por un cargo de elección popular, sin embargo por encima de las legítimas aspiraciones de cada quien, debe privar la unión y el interés nacional. Así de simple.

La Unidad tienen que ser un norte y un punto de convergencia entre todos. La Unidad no puede ser la parcela de nadie, sino el centro de encuentro de todos los que queremos un cambio para el país.

La tarjeta de la Unidad – que otra vez la tenemos – debe ser la plataforma que lleve a los líderes auténticos de cada municipio y de cada estado, debe ser un trampolín que permita visualizar a los representantes del sentimiento de cada región y de cada localidad de Venezuela.

La Unidad no puede ser una medida de aprisionamiento, sino un bálsamo que nos ayude a avanzar y a desarrollar una campaña triunfadora en cada municipio del país.

Estoy convencido que al lograr la unidad de criterio y de candidaturas, al establecer una coincidencia estratégica en la acción política, entonces será más fácil lograr una total victoria el 21 de Noviembre.

La Unidad no solo está en una tarjeta – aunque sea la de la manito – no; la Unidad debe estar en nuestras demostraciones, en nuestra capacidad de marchar juntos, de deponer actitudes y de construir una policromía de voluntades que se materialice en un gran movimiento de liberación enmarcado en el plan de Salvación Nacional.

La Unidad no es un capricho político, es una voluntad firme de lograr, todos tomados de la mano, un cambio determinante para cada zona de nuestra amada nación.

Si vamos unidos de verdad, de sentimiento, de compromiso, de principio, y lo hacemos bajo una sola plataforma, entonces nadie detendrá nuestro triunfo pleno en las próximas elecciones.

Oigamos a la gente. Venezuela quiere una Unidad solida, una unidad alrededor de los verdaderos líderes, una Unidad que se sienta legítima y sincera; una Unidad real.

Construyamos la Unidad alrededor de los mejores, hagámoslo por el país, por el futuro.