Luis Lares: artista de la imagen industrial
La fotografía documental en Venezuela, referida al tema industrial, ha sido escasamente tratada y muy poco analizada. Si abordamos este tema resaltan tres nombres que, en el país del olvido, pueden dar testimonio fotográfico sobre el tema.
En la zona de la industria extra-pesada venezolana, Matanzas, que forma parte de Ciudad Guayana, integrada también por su sector tradicional y originario, San Félix, y por su área moderna, Puerto Ordaz, pueden mencionarse tres grandes fotógrafos dedicados al trabajo de la imagen industrial, la arquitectura de la ciudad y sus habitantes. Tanto Federico Isasi como Lionel Arteaga, han dedicado gran parte de su trabajo visual a documentar la historia de las Empresas Básicas de Guayana. El otro es, Luis Lares (1951-2021) quien mantuvo por más de treinta años una permanente vinculación con la llamada Zona del Hierro.
Le conocí a inicios de los años 80 del pasado siglo. Venía de realizar estudios de fotografía y dirección cinematográfica en Londres. Trabajó varios años como promotor cultural y tuvo bajo su responsabilidad las actividades de cultura de la empresa, Interalúmina. Después, fue director de cultura de Venalum, la gigante del aluminio primario venezolano. Posteriormente, se fue a Ciudad Bolívar como director del prestigioso Museo de Arte Moderno, Jesús Soto, de Ciudad Bolívar.
Mientras se ocupaba de sus actividades administrativas y presentación de grupos, personajes y demás aspectos burocráticos, Luis dedicaba también su tiempo a registrar en imágenes, la vida industrial de la ciudad y sus empresas. Así, en compañía de quienes conocían a profundidad el ambiente industrial, como el escritor Francisco Arévalo, Lares fue identificando y capturando los ángulos, perspectivas, encuadres, movimientos y sujetos para recrear un mundo que transformó y ‘congeló’ en cientos de imágenes que dan cuenta de una historia, la historia del mundo industrial venezolano, que hasta entonces era desconocido o escasamente tratado fotográficamente.
Los aspectos técnicos referidos al tratamiento del revelado, la densidad del grano duro, la intensidad de la luz y la sobre exposición, el uso de los grandes planos para mostrar la majestuosidad de las estructuras industriales, vistas como gigantescas catedrales con sus altos hornos y chimeneas, lo mismo que los planos completos y medios planos donde los sujetos muestras el dramatismo de una vida industrial, que se caracteriza por la presencia permanente del ruido, calor y polvo, son características que distinguen el trabajo de Luis Lares.
De sus exposiciones, recuerdo la presentada en la Sala de Arte-Sidor (1984), Permeables, una invitación a penetrar descalzos sus construcciones visuales para introducirnos en una especie de túnel vibrante de luz y colores que combinaban y resultaban en nuevos prismas multicolores. Trabajo ya ideado cuando estudiaba en la escuela de fotografía en Londres, a finales de los años 70.
Otra muy interesante y grata exposición fue la referida a los Hombres de carbón, (1993) donde Luis Lares seleccionó a varios trabajadores de las llamadas ‘contratas’ que laboraban en las paradas técnicas de Venalum, quienes fueron protagonistas para una serie de imágenes, especie de retratos, donde los sujetos se mostraron con sus atuendos y herramientas de trabajo. Lo característico de este trabajo es el aspecto de una realidad, donde las sombras se acentúan en una luz dura, directa, resultando una imagen trascendente que se afirma en una estética personalísima, por tanto, original. No hay intención de denuncia ni reclamo social. Es la expresión, el lenguaje kinésico del sujeto mientras habita el entorno industrial.
Refiero una anécdota sobre la inauguración de esa exposición, cuando los invitados especiales fueron los protagonistas de esas fotografías. Miraban con curiosidad sus retratos, otros reían, otros se sorprendían, mientras el autor disfrutaba de satisfacción por tan magnífico trabajo.
Si en algún momento se consolida la idea-proyecto de un museo de la fotografía en Ciudad Guayana, que por tanto tiempo se ha esperado, sería un merecido reconocimiento a la labor de promoción cultural y como fotógrafo documentalista del obrero industrial venezolano, para este artista de quien hablamos. Excelente creador de imágenes y gran profesional de la promoción cultural.
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