La guerra secreta en el Psuv
Las elecciones internas del Psuv dejaron heridas profundas entre grupos enlodados de verdadero odio. No existió la debida concordia en la familia, las denuncias de trampas y corruptelas, se multiplican con la misma velocidad de una tormenta. Un festín de fechorías con bombos y platillos. Algunos aspirantes hablan de fraude, intimidación, así como de agresiones físicas y psicológicas, por parte de grupos violentos, paradójicamente, probaron una taza del mismo chocolate, que ha tomado la oposición, durante veinte años, con el regocijo de estos verdugos, que hoy se quejan: hablándonos de derechos constitucionales ¡Qué riñones… ¡fue un proceso plagado de los mismos vicios con los cuales han contaminado la vida nacional.
La exhibición del dinero público en el acto comicial es un irrespeto para un pueblo en penurias. La vil utilización del músculo del estado, en un evento de índole privado, indica el descaro de un sector que se cree con el derecho de pisotear la nación. Cuánta inmoralidad en estos esperpentos, que se regocijan siendo artífices de la podredumbre, lo del domingo es la estampa viva de aquellos que solo ganan con trampa, los mismos que representan al delito en una bandera llena de pirañas. Varios de sus escogidos tienen denuncias por dolo y lavado de dinero. Un amplio prontuario que para algunos de ellos es su pedigrí.
La batalla de las simientes revolucionarias es entre civiles y militares. Para los hombres de uniforme son ellos los que lograron el poder con Hugo Chávez a la cabeza. Diosdado Cabello quiere enarbolar las raíces del proyecto inicial. Su debilidad estriba en que el líder histórico- cuasi moribundo- no lo escogió como heredero. Aquel sábado 8 de diciembre del año 2012, su rostro palideció cuando su tótem se decidió por un civil, sin genes militares. Así lo expresó con voz de ultratumba: “Nicolás Maduro no sólo en esa situación debe concluir el periodo, como manda la Constitución, sino que mi opinión firme, plena como la luna llena, irrevocable absoluta, total, es que en ese escenario que obligaría a convocar a elecciones presidenciales ustedes elijan a Nicolás Maduro como presidente”.
Ese dolor profundo subyace, una herida que sangra en el alma, disimulándose muy bien. Siente que Nicolás Maduro, es demasiado blandengue, cuando busca acuerdos con la oposición, que carece de carácter para enfrentar los reales peligros que corren al reactivarse los procesos judiciales, además de sostener en privado que es una marioneta de Cuba y los hermanos Rodríguez, por eso muestra su robusto mazo autoritario -adentro y afuera- para indicarles que la revolución es él. La defensa que salva a Nicolás Maduro, fue la decisión de un moribundo, la última voluntad de su héroe. Ni hablar de la adhesión cubana que respalda su satélite.
¿Quién vencerá? Es una refriega con la estrategia del desgaste, aquel que tenga mayor capacidad para resguardar al fósil revolucionario, se anotará un éxito en la preservación de la especie.
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