El Estado Islámico-Khorasan: Enemigos de EEUU y de los talibanes, y más mortíferos
El Estado Islámico, el cual mantiene un odio permanente contra los talibanes, emerge como una gran amenaza para EEUU y los miles de afganos que intentan escapar de Kabul.
Recientemente el presidente de EEUU, Joe Biden, afirmó que hay un «riesgo agudo y creciente» de ataque en el aeropuerto de Kabul por parte de la rama regional: el grupo Estado Islámico-Khorasan (EI-K o ISIS-K, en inglés).
Dicho grupo se atribuyó ayer el ataque en el aeropuerto de Kabul que ha dejado hasta ahora un total de 95 muertos y 150 heridos, de acuerdo a las últimas cifras divulgadas por la agencia EFE.
¿Qué es el EI-K?
Luego que el EI anunciara un califato en Siria e Irak durante 2014, viejos talibanes de Pakistán le juraron lealtad y junto a otros militantes en Afganistán formaron un capítulo regional.
Después de un año que se instalaran al noreste de Afganistán, en las provincias de Kunar, Nangarhar y Nuristán, el EI reconoció oficialmente al grupo el cual instauró células en otros puntos de Pakistán y Afganistán, entre ellos Kabul, de acuerdo a la ONU.
Un informe del del Consejo de Seguridad de la ONU publicado en julio indicó que la fuerza del grupo varía de miles de combatientes activos hasta 500 según las últimas estimaciones, reseña AFP.
¿Qué ataques perpetra?
El ISIS-K se adjudicó varios de los ataques más mortíferos en años recientes tanto en Pakistán y Afganistán: Masacraron civiles en mezquitas, plazas, hospitales y santuarios.
El grupo extremista ha atacado especialmente a musulmanes los cuales considera herejes, sobretodo a los chiitas, ya que en agosto de 2019 se atribuyó un atentado contra estos en una boda realizada en Kabul, donde 91 personas murieron.
Se cree además que el EI-K consumó en mayo del año pasado un ataque en Kabul que conmocionó al mundo, pues sujetos armados dispararon en una maternidad de un barrio de mayoría chiita, donde mataron a 25 personas, entre ellos 16 madres y varios bebés.
La relación del EI-K con los talibanes
Tanto el EI-K como los talibanes son militantes islámicos sunitas de línea pura; no obstante, ambos son rivales y discrepan en varios detalles sobre estrategia y religión, cada uno asegurando ser el verdadero estandarte yihad.
De hecho, el EI se ha referido en varios comunicados a los talibanes como apóstatas, prueba de la enemistad.
El Estado Islámico-Khorasan enfrentó la represión que los talibanes ejercieron contra sus disidentes y se le fue imposible extender su territorio, tal como pudo hacerlo en Siria e Irak.
El Ejército de Afganistán comunicó en 2019 que, tras operaciones conjuntas con EEUU, logró vencerle en la provincia de Nangarhar.
La victoria talibana no les sentó bien
El EI criticó fuertemente el acuerdo que firmaron los talibanes y Washington el año pasado durante la administración del expresidente Donald Trump, señalándolos de «abandonar» la causa del yihad.
Tras la veloz toma de Afganistán de parte de los talibanes, distintos grupos yihadistas en el mundo les aplaudieron, a excepción del Estado Islámico.
Luego de la caída de Kabul, el EI acusó a los talibanes de traicionar a los yihadistas por el pacto con EEUU de retirada de tropas, y prometieron continuar la lucha.
Sin embargo, el EI-K podría valerse de la situación. Mr. Q, un experto occidental que divulga investigaciones en Twitter, afirmó que esta rama llevó a cabo 216 ataques entre el primero de enero y el 11 de agosto, una cifra muy grande en comparación a la del año pasado bajo el mismo periodo (34).