Alexander Lukashenko: No soy un dictador
Este 9 de agosto se cumple un año de las polémicas elecciones realizadas en Bielorusia y en las que Alexander Lukashenko obtuvo la victoria con un 80% de los votos mientras su oponente Svetlana Tijanovskaya sacó un 10%.
En una aparición pública realizada este lunes, el presidente ha recordado ese día, y recalcó que hubo un intento de cometer un «golpe» contra un régimen legítimamente constituido. Además señaló que la Unión Europea y la oposición de su país lo califican de dictador, acusación que niega categóricamente. Reconoció que ha sido un año «difícil» debido a todo lo que se desarrolló luego de las elecciones.
Luego de que la Comisión Electoral concediera la victoria a Lukashenko, la oposición denunció fraude y esto generó una gran ola de protestas en todo el país, y una escalada represiva que continúa hasta la actualidad.
Casos como el de la deportista Kristsina Tsimanuskaya, que denunció un intento de repatriación forzosa desde los Juegos Olímpicos de Tokio y que está refugiada en Polonia, mantienen a Bielorrusia en la mira de organismos internacionales.
El mandatario ha señalado que «Bielorrusia es centro de atención internacional. Saben lo que ocurrió y por qué», y agregó que su mandato ha sido blanco de múltiples conspiraciones, incluso desde antes de las elecciones «algunos estábamos preparando unas elecciones justas (…) y otros un golpe de Estado».
También considera que ha habido una avanzada en su contra y denunció que «la democracia ha sido reemplazada por la dictadura digital» que elabora «mentiras» y «falsas noticias» para perjudicarlo y que han supuesto «una seria prueba para la unidad nacional» del país «Hemos hecho todo lo posible para superar con dignidad este periodo de nuestra historia más reciente».
El Alto Representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, amenazó con adoptar nuevos castigos contra Lukashenko porque, a su juicio, durante un año no se han evidenciado cambios en materia de libertades y Derechos Humanos «el 9 de agosto de 2020, el pueblo de Bielorrusia vio brutalmente frustradas sus esperanzas de elegir un líder legítimo», lamentó el funcionario.
Por su parte Lukashenko, ha señalado que sus prioridades han sido mantener la «seguridad» y la «integridad» del país, sin realizar ninguna concesión a sus oponentes, por lo que advirtió a los bloques y gobiernos que insinúan nuevas sanciones a «pensarlo cuidadosamente», ya que «pueden tener el efecto contrario».
La oficina de Derechos Humanos de la ONU, ha confirmado miles de detenciones durante todo este año después de las elecciones, que son negadas por el régimen alegando que es un complot para hundir al país. Exhortó a todos los países que lo critican a «dejar de acoger con beneplácito lo que andan diciendo por ahí los fugitivos».
La dirigente opositora Svetlana Tijanovskaya a través de su cuenta Twitter insistió en el fraude y dijo que hubo «millones de votos» a favor del cambio. También ha denunciado que existen 610 «presos políticos» y 36.000 personas detenidas durante este último año.
«Seguiremos luchando hasta que estas cifras sean historia», ha dicho y agradeció el apoyo de representantes de gobierno europeos y europarlamentarios.
Tijanovskaya no llamará a manifestaciones públicas para «la seguridad de la población» y agregó que «ya ha habido suficientes víctimas, demasiadas vidas destruidas».
«Cualquiera puede ir a prisión y no 15 días, sino durante años» señaló a la par de explicar que las manifestaciones «son solo una parte del movimiento de protesta» contra el régimen.