Signo monetario y la horrorosa huella
La izquierda presupuestaria de hoy se quejaba antes del alto precio de la gasolina y de las devaluaciones. Nadie discute ahora su campeonato en el renglón de los precios exacerbados.
De la política monetaria y cambiaria ha dejado su horrorosa huella. El bolívar no vale ni medio para decirlo con la vieja sentencia popular.
Y se valen de las transacciones electrónicas de esos tiempos para justificar la desaparición del billete constante y sonante. No hay signo monetario e identitario en Venezuela.
Lo peor es que hay voces que aplauden la desaparición del bolívar que viene de la era guzmancista. La mejor política económica – se lee – es que no tengamos un referente monetario.
No debe existir moneda venezolana alguna ni siquiera con otro nombre. Jurarán que se trata de un pequeño paso para el hombre y un gran paso para la humanidad.