Exclusiva ND | Fermín Mármol García: Bandas de la Cota 905 se expandirán, cual metástasis, a otros territorios
El abogado criminalista Fermín Mármol García explicó el origen de las megabandas que hacen vida en Caracas, específicamente en la Cota 905 y aseveró que debido a su forma de operar: extorsión, secuestro, robo de vehículos, tráfico de drogas y de armas tienen la capacidad de expandirse a otros territorios «cual metástasis». Criticó que el Estado no tenga las políticas públicas necesarias para acabar con estos grupos delictivos, que no se terminarán con operativos policiales comunes.
Tras un segundo día de enfrentamientos en la Cota 905 y zonas cercanas, la banda de alias «El Koki», el Garvis y el Vampi han dejado un saldo de al menos 6 fallecidos y casi una decena de heridos. Entre tanto, la ministra chavista de Interiores, Carmen Meléndez, anunció el despliegue de funcionarios de seguridad para enfrentar a los delincuentes.
En Twitter, Meléndez dijo que desde ayer, los «grupos estructurados de la delincuencia organizada pretenden socavar la paz de varios sectores de Caracas». Y dijo que los «héroes por la paz», en referencia a los funcionarios, «no descansarán hasta garantizar la estabilidad y resguardar a nuestro pueblo». Señaló Meléndez que los organismos de seguridad «continúan desplegados en las zonas vulneradas por estos criminales y no descansarán hasta rescatar el control absoluto».
En relación a estos hechos, ND contactó vía telefónica a Mármol García quien destacó que estas bandas se han convertido en microestados dentro del Estado, ya que se hacen del poder para controlar a la población y los territorios. Las bandas que controlan el barrio la Cota 905 «es una megabanda criminal de corte urbano, no ideologizada dedicada a los delitos de extorsión, secuestro, robo de vehículos, tráfico de drogas, tráfico de armas y municiones».
Cuenta con un apresto operacional ofensivo de explosivos tipo granadas, fusibles de seguro extenderá su feudo criminal a otras zonas de Caracas, estimó el director del Instituto de Ciencias, Penales, Criminalísticas y Criminología de la Universidad Santa María.
Asimismo, calificó de «planes románticos» las medidas que ha intentado aplicar el chavismo para acabar con esta situación y expresó «estoy seguro de que en más de 20 años han habido interlocutores de la revolución bolivariana con estas estructuras del crimen; algunas con muy buena voluntad para mediar y desplegar planes románticos como el Plan de Pacificación para buscar conciliar posturas como lo ha hecho el presidente Manuel López Obrador en México con «no más balas, más abrazos».
En este sentido, sentenció «pero las políticas públicas y el ejercicio del poder público se evalúan de acuerdo a los resultados y el crimen y la violencia en Venezuela están fuera de control».
A continuación nuestra entrevista:
¿Cómo operan estos grupos? Sabemos que controlan el tráfico de drogas y la seguridad en la Cota 905 y zonas aledañas, pero ¿cuentan con complicidad de los cuerpos de seguridad?
– Lo primero que hay que entender es que en la actualidad en Venezuela, la delincuencia organizada violenta ha logrado el control territorial en zonas urbanas y rurales. Estas estructuras son de corte nacional autóctonas, pero también de corte extranjero, de corte urbano, pero también rural. Algunas son ideologizadas, pero otras no. Dentro de esta gran fauna criminal que controla el territorio, las megabandas son microestados dentro del estado venezolano.
La banda del Koki, el Vampi y Garvis ancladas en la Cota 905 son megabandas criminales de corte urbano, no ideologizada dedicada a los delitos de extorsión, secuestro, robo de vehículo, tráfico de drogas, tráfico de armas y municiones. Tiene un apresto operacional ofensivo de explosivos tipo granadas, fusibles y han ido extendiendo su feudo criminal más allá de las veredas y calles de la Cota 905 del municipio Libertador.
El año pasado se registraron enfrentamientos similares a los ocurridos en la Cota 905 en Petare con la banda de Wilexis, pero esto terminó después de un operativo conjunto de varios cuerpos de seguridad. ¿Por qué no pueden con El Koki?
– Enfrentar a las estructuras del crimen organizado violento que tienen control territorial no solo puede verse como un asunto de operativos policiales. Es mucho más que eso, para el nivel que se encuentra el crimen organizado violento en Venezuela supone enviar un mensaje a todos los venezolanos y países que están acreditados en que la lucha contra el crimen y la violencia.
Será muy doloroso en lo emocional y muy costoso en lo patrimonial, pero es importante sincerar a la ciudadanía de cuál es el mapa criminal del país, qué estructuras del crimen están ancladas, cuál es el apresto operacional, número de integrantes y sobre todo cuál es el plan integral del Estado para desmontar estas estructuras del crimen, rescatar los territorios y liberar a la ciudadanía sometida por estos feudos criminales.
Insisto, esto será muy costoso en lo emocional y patrimonial, por lo tanto más allá del operativo policial hay que convocar al sector privado, a las distintas iglesias, universidades, ONGs y medios de comunicación que han sido pieza fundamental en políticas públicas contra el crimen y la violencia en Brasil, Colombia y México en las últimas dos décadas y debemos comprenderlo así.
En Venezuela no hay un plan de políticas públicas integrales para reducir el crimen, la violencia y la impunidad. No hay la convocatoria de estas fuerzas vivas que tienen muchísimo que aportar y con operativos policiales moviendo 100 o 200 hombres no vamos a resolver el problema del crimen y la violencia porque esa zona empobrecida donde no está presente el Estado municipal, regional o nacional debe ser intervenido por lo público y privado.
Pero este plan no lo hemos visto en más de 20 años, no hemos visto que la autoridad llega con 300 hombres para más nunca irse, llegar con tractores y camiones para construir la estación policial en la zona más alta, un cuartel militar al lado, pero a la vez hacer le alumbrado público al área, remozar de cosas buenas como dispensarios médicos, canchas deportivas y algunas expropiaciones concertadas para que en algunas vivienda funcione una notaría, un preescolar o una oficina de identificación. Esto es lo que ha ocurrido en otras experiencias del hemisferio.
¿Cómo estas megabandas se convirtieron en la cara del terror de Caracas?
– Estas megabandas no nacieron como súper estructuras que evidentemente hicieron florecer un feudo criminal. Su inicio fue una pequeña banda criminal nómada, no tenían asentamientos, eran bandas criminales que salían a las zonas de clase media a robar vehículos, secuestrar y traficar con drogas en la zona. Pero fueron pequeñas bandas criminales que encontraron en territorio fértil la impunidad, ausencia del Estado, la ausencia de la persecución jurídico penal y fueron oxigenándose y reclutaron adeptos en un país que fue empobreciendo, un país donde creció el embarazo precoz, la paternidad irresponsable, deserción escolar, el empleo digno y estable ya no se traduce en oportunidades para mantener una familia.
A esto se le suma las “Zonas de Paz”, de hecho más que de derecho, estas zonas clandestinas donde la autoridad dejó de ir a las barriadas para cumplir con su tarea, para buscar otro tipo de soluciones.
Teníamos la tormenta perfecta y eso fue lo que pasó en todos los sitios donde hay estructuras del crimen organizado violentos que controlan territorios.
¿Es factible que los delincuentes migren hacia otras zonas de Caracas?
– Por supuesto que sí, todo feudo criminal y todo micro Estado va a ir comportándose como un tumor intraorgánico, son tumores sociales que se van expandiendo y haciendo metástasis social y cualquier estructura del crimen va a expandir su campo de acción porque va a tener más ciudadanos sometidos para pagar extorsión, más territorio para distribuir drogas, mayor posibilidad de reclutar a más personas y más poder.
¿Es cierto que existe un acuerdo entre banda de El Coqui y Alto Mando de seguridad de Maduro?, como dijo el periodista Javier Mayorca hace unas semanas.
– Esa pregunta hay que hacérsela al periodista acucioso Javier Mayorca e investigador del crimen y violencia, es una opinión sumamente calificada. Sin embargo, estoy seguro de que en más de 20 años ha habido interlocutores de la revolución bolivariana con estas estructuras del crimen. Algunas con muy buena voluntad para mediar, para despegar planes románticos como el plan de pacificación para buscar conciliar posturas, como lo ha hecho el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador con “no más balas, más abrazos”.
Pero las políticas públicas y el ejercicio del poder público se evalúan de acuerdo a los resultados y el crimen y la violencia en Venezuela están fuera de control.
¿Cuál es el perfil de los hombres de El Coqui?
– El perfil de la megabanda criminal del Koki, Garvis y el Vampi es la misma que la de cualquier estructura del crimen en Latinoamérica. Son en un 80% integradas por jóvenes menores de 35 años, 85% por hombres vs 13% de mujeres, sin estudios académicos, es decir sufrieron una deserción escolar primaria, o a lo sumo, secundaria. Además, es evidente que han desarrollado el rasgo atroz y perverso de jóvenes criminales producto del odio social el maltrato y el abandono.
¿Sabe cuántos años tiene operando el Coqui, el Vampi y el Garvis en esa zona popular?
– Es muy difícil precisar cuándo estas bandas del Koki, Garvis y Vampi que tenían la condición de ser nómadas se convirtieron en una estructura criminal de control territorial pleno. Pero podemos afirmar que al menos el poder de mega banda criminal de esta estructura de la Cota 905 tiene una data de al menos 7 años, me atrevería a generar una hipótesis que entre 5 y 7 años fue la transformación de banda típica a una estructura de micro Estado.