El país necesita claridad
La organización es fundamental para lograr los objetivos que como país tenemos marcados. Es esencial que nos organicemos y actuemos con orden para lograr la meta de la libertad nacional.
No basta con decir: «hay que salir del sistema» sino que se debe plantear la ruta cívica y constitucional para hacerlo. No basta con decir: «hay que cambiar»; sin explicarle a la ciudadanía como hacer, qué cambiar y cómo cambiarlo.
Es hora que todos los factores políticos de oposición nos pongamos de acuerdo y se acuerde un camino común y se estructure equipo que organizadamente puedan ejecutar o materializar los pasos que necesitamos para que ese objetivo se cumpla al 100%.
No podemos seguir con un debate estéril entre nosotros mismos; tenemos que dar un paso al frente y estructurar una estrategia coherente, coordinada y esquematizada. ¡Ya basta de improvisaciones!
Es hora que la oposición se centre en una estrategia clara y que, si esta no da resultados, tener la capacidad de movilidad, respuesta y sensatez política para adaptarnos a los cambios que el país y la realidad nacional reclaman.
Tenemos que ir más allá, tenemos que actuar con orientación y con sentido común. Tenemos que movernos con precisión y abrirnos espacios para la concreción de resultados positivos para el país.
El ir o no a elección es un debate que se ha tardado demasiado tiempo, y se tiene que dar ya. No podemos permitir que los días vayan pasando y nosotros en un limbo político.
Y no solo se trata de tomar la decisión de ir o no a la jornada del 21 de noviembre, sino que esta acción responda a una estrategia, a un plan definido y con objetivos, tácticas y metas bien trazadas y claras para toda la dirigencia opositora.
No podemos seguir jugando con la paciencia, con el padecimiento y con la esperanza de 30 millones de venezolanos. Tenemos que tener seriedad y darle respuesta a los venezolanos que nos exigen acciones ya y resultados ante una crisis que pasó a transformarse en una emergencia total y plena en todos los sentidos imaginables.
El país necesita claridad y somos nosotros los que tenemos que dárselas; el país reclama una camino a seguir, o de lo contrario solo esperará – lo que ya empezó a darse – que abran los aeropuertos para seguir emigrando a otros países en búsqueda de las ilusiones y de las esperanzas que son irrealizables en nuestra propia nación.
Sí, debemos organizarnos. Sí, debemos luchar con lógica, con una visión clara, con una determinación signada por el compromiso con la nación y lo que ella nos pide como sus hijos.
Venezuela necesita de orden y ese orden debemos dárselo nosotros organizándonos primero, luchando con dedicación y fe y tomando las acciones necesarias para que se alcance la libertad de una nación que no puede seguir anclada en una realidad de caos, destrucción, aniquilación y anarquía en la cual la hundieron dos décadas de mal gobierno y de mala administración de un sistema que no permite, por ningún motivo, la felicidad de los venezolanos.