Benigno Alarcón: Oposición debe incluir en las negociaciones el revocatorio con observación internacional
Para el profesor Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la UCAB, en Venezuela actualmente existen cuatro posibles escenarios: autocratización, militarización, transición tutelada y transición democrática plena.Explicó también que el referendo revocatorio presidencial debería llevarse a la mesa de la negociación, como un mecanismo para facilitar la transición y que Nicolás Maduro seguirá trabajando para separar el voto y minimizar al G-4 y a Juan Guaidó como referentes opositores.
En una nota de prensa recibida en la redacción ND afirma que Alarcón también señaló que lo más probable es que durante el resto del año la situación política se mantenga igual: autoritarismo, donde el gobierno controla todas las instituciones y el Estado sin indicios ciertos de que ocurra una transición democrática, que seguirá profundizando la actual situación.
“De cara al segundo semestre de 2021, la autocratización se mantiene, en un momento en el que la comunidad internacional asume una actitud más conservadora. El régimen, incluida la FANB, permanece cohesionado aunque con algunas diferencias internas que por ahora no amenazan su estabilidad. Los costos de tolerancia a un cambio político se mantienen altos, ahora más por el proceso que se sigue en la Corte Penal Internacional, lo que favorece la cohesión del régimen”, dijo.
Estás reflexiones las realizó en el evento Prospectiva Política 2021 Semestre II realizado por el Centro de Estudios Políticos y de Gobierno (CEPyG) de la UCAB, en el marco del ciclo de foros “UCAB promueve ciudadanía”, organizados por la universidad como parte de su campaña Resetéate.
Alarcón señaló que la militarización presume que la FANB tome el control total cuando las protestas aumenten, y se piense que el gobierno pueda sufrir un un derrumbe.
La transición tutelada debería ser negociada y condicionada por varios sectores vinculados Maduro, como la FANB. La transición plena sería el escenario idóneo, donde la oposición asume el poder totalmente e inicia un proceso de consolidación democrática.
Cree que mantener el poder por la fuerza (reprimiendo) es económico y viable aún para el gobierno, porque no hay una gran movilización masiva en cuanto a protestar se refiere, a pesar de que existe en la población una disposición muy alta a protestar (40% manifestarían contra el gobierno y 52% por servicios públicos e inseguridad).
“Mientras tanto, la oposición continúa dividiéndose, situación en cierta medida estimulada desde el propio régimen a través de incentivos electorales (clientelismo político competitivo-electoral)”, explicó.
El profesor Alarcón acotó que el CEPyG UCAB realizó recién una encuesta apoyada por la encuestadora Delphos en la que se evidencia que el chavismo es apenas una cuarta parte del electorado: un sector resteado con Maduro concentra 9,5% de la población, y un grupo descontento con Maduro de 15,8%.
El mismo sondeo mostró que la oposición que no apoya al liderazgo es 18,4% y la que sí apoya al liderazgo es de 17,5%, lo que suma un 35.9%. Hay un segmento “ninguno” que tiene 38,8% con tendencia a crecer.
“Este grupo no se puede calificar como ‘ni ni’. Vota, no es indiferente, tiene preferencias políticas y es mayoritariamente opuesto al gobierno, pero no se siente comprometido con ninguno de los partidos o líderes de la oposición o el chavismo”, dijo.
Continuó afirmando que existe dentro de los opositores una disposición a votar del 53% y un 22,7% se mostró dudoso. En contraposición, dentro del chavismo el 85% sí están seguros de hacerlo.
“El estudio permite ver que la participación del elector de oposición depende, principalmente, de lo que Guaidó y el G4+ decidan hacer. La abstención de Guaidó y el G4+ puede implicar una caída del voto opositor de hasta un 30%, mientras el llamado a votar de otros actores como Henrique Capriles, Timoteo Zambrano o Henri Falcón no aumentan la votación en ese escenario. Esto se explica por el hecho de que el liderazgo con mayor ascendencia en la oposición, a pesar del importante desgaste sufrido desde su aparición en escena en 2019, continúa siendo el de Juan Guaidó”, enfatizó.
Señaló que Nicolás Maduro dividió la oposición en dos: una la llamada «mesita» controlada en buena medida por el gobierno, y la que ha sido ilegalizada porque concentra la mayoría opositora.
«El gobierno busca la dispersión del voto, sustituir al G-4 y a Guaidó como referentes de la oposición para legitimar a unas nuevas oposiciones variopintas, minoritarias y dispersas”
Explicó que la mayoría de los ciudadanos al ser consultados dijeron que “las elecciones se dan y Maduro sigue en el poder”
Según Alarcón, esto señala que las expectativas son muy bajas respecto a la efectividad actual del voto y piensan que el voto no va a producir cambios, y puede producir una abstención grande, “es decir, no es predecible, hasta ahora, una alta participación en este proceso”.
Respecto a el escenario electoral, Alarcón señaló que para tener una idea clara de lo que se viene es estudiar lo que denominó «árboles de escenario».
Precisó cinco posibles escenarios: el primero que llamó “Atrévete a soñar”, que es que teniendo observación internacional, la oposición unida participa, gana, se vuelve a legitimar y que impulsa una posible negociación con el gobierno. Es el que “todos queremos pero es el más difícil de alcanzar”.
“Aunque también puede ocurrir que el gobierno se atrinchere y esto complique el escenario, y deba aplicarse más presión y continuar con las sanciones”, advirtió.
El otro escenario lo llamó “La Pesadilla”: hay observación electoral, la oposición unida participa, pierde los más importantes estados y ciudades, el gobierno gana lo que produce una debacle del G4 difícil de recomponer en el corto plazo. Es el más negativo de todos los panoramas.
“Si el informe de la observación es positivo, aumenta el daño para la oposición y puede generarse un proceso de sustitución. Pero si este informe es negativo, el gobierno se atrinchera y hay más presión y conflictividad a pesar de que la oposición perdió”.
El “Divide et impera” es la tercera opción: observación internacional, la oposición dividida va a elecciones y pierde; si la observación presenta un informe positivo, se da una debacle del G4 y genera una lucha interna en la oposición para sustituir el liderazgo. Si el informe es negativo, el gobierno se atrinchera, y es posible que no vuelvan a permitir observación electoral internacional. “Este es el más probable”, aseguró el analista.
Cree que el escenario “menos malo” es donde no hay observación porque no se pueden cumplir los protocolos, la oposición decide no participar y el gobierno domina. “Sin la observación, hay excusa para no participar y eso termina deslegitimando el proceso, generando mayores conflictos para el gobierno, lo que al final podría encaminar hacia una negociación”
El otro cuadro, denominado “Tonto útil”, es donde no hay mayor ganancia para la oposición. Sin observación internacional, el G4+ dividido participa y pierde, lo que incentiva una mayor cooptación y dependencia del régimen de la oposición que participa. “Sería injustificable que esto ocurriera”, comentó.
“No necesariamente cualquier elección va a llevar a una transición; pero para lograrlo, hay que ir preparado con una muy buena estrategia, táctica, una fuerza humana organizada y que esté en todas partes” refirió al asegurar que en el país desde hace muchos años no existen condiciones electorales, aunque también refirió que esto no es impedimento para que haya una transición política electoral y puso como ejemplo los casos de Serbia, Ucrania, Polonia y la actual República Checa.
El director del CEPYG señaló que para noviembre, si la oposición tuviera los recursos y la estructura y además se uniera, podría derrotar fácilmente al gobierno. Y de no ser así, solo lograría victorias en algunos lugares ya consolidados como opositores.
“Si estoy en un municipio donde los candidatos no se ponen de acuerdo para ir con un candidato único, los sancionaría con mi abstención, y creo que es lo que mucha gente haría”, explicó a la par de que cree que si existe un candidato lo lógico sería ir a votar, y así se resolvería el dilema de la gente de participar o no.
El experto finalizó diciendo que la encuesta Delphos-CEPyG UCAB indicó que las personas señalaron que el referendo revocatorio es una de las opciones con mayor aceptación. También explicó que en la futura negociación a realizarse en México con el gobierno, la oposición debería “al menos considerar y sopesar su viabilidad para incluir el Referendo Revocatorio con observación internacional como un punto de agenda, como alternativa ante la negativa predecible a un adelanto de elecciones presidenciales, considerando que revocar es un derecho establecido en la Constitución”.
Para Alarcón “la unidad es muy importante, el referente. Si se quita el referente, la gente se pierde, se dispersa el voto”. Señaló a la unidad como un asunto de eficiencia política. “Pero esa unidad, que es más que cuatro partidos, va a tener que reinventarse, revisar sus reglas de juego y abrirse a la crítica de la sociedad para salir fortalecida”.