«Agárralo y llévalo al río»: La historia de un crimen del KKK
El 19 de marzo de 2015 miembros del Ku Klux Klan en el río St. Johns, Palatka (Florida), asesinaron a Warren Williams, un afroamericano que estuvo en prisión por haber agredido a un policía. Una crónica de AP revela cómo un informante del FBI logró develar el crimen cometido por supremacistas blancos y destapó que varios miembros del KKK ocupaban altos cargos en cárceles de Florida.
Williams estaba en prisión en verano de 2013 cuando sostuvo una pelea violenta con el agente Thomas Driver. Este último tuvo que ser hospitalizado por la paliza y esto solo encendió su sed de venganza. Driver pertenecía al KKK, al igual que Sarge Moran. La investigación de AP indicó que en uno de los encuentros clandestinos del KKK, Moran y Driver le pidieron a Joseph Moore que asesinara a Williams.
Lo que ellos no sabían es que Moore era informante del FBI. Williams salió de prisión tras obtener libertad condicional y volvió a Palatka, junto a su madre. El (informante del FBI) Moore y Charles Newcomb, un ex guardia de prisión que se apuntó a la misión, viajaron hasta la ciudad de Florida para inspeccionar cómo vivía la víctima.
Sin saberlo, Newcomb había tramado todo el plan con un exfrancotirador experimentado que les había indicado desde cómo enterrarlo y facilitarle una coartada a Driver hasta cómo asaltarlo e inyectarle insulina para después arrojarlo al río.
«Si lo agarramos y lo llevamos hacia el río necesitará una caña de pescar como si hubiera estado pescando, ¿verdad? Quiero que parezca realista», señaló entonces el exvigilante en una de las grabaciones recabadas por Moore. Mientras Newcomb, Moran y un infiltrado Moore planeaban el asesinato desde una camioneta repleta de micros, Williams se resguardaba a salvo y una dotación de agentes del FBI seguía los pasos del Klan, a la espera de poder detenerlos.
Sarge Moran estaba en casa cuando un colega de la prisión llamó. ¿Podía ir en su día libre para que le tomaran medidas para uniformes nuevos? Las autoridades lo arrestaron cuando llegó y lo mantuvieron en la prisión en la que había pasado décadas como custodio.
Driver y Newcomb fueron arrestados en sus casas. En agosto de 2017, Newcomb y Moran fueron juzgados en la Corte del Condado de Columbia, en Lake City. Joseph Moore fue el testigo estrella del estado y testificó contra los hombres cuya amistad se había ganado durante años. El gobierno protegió a la familia de Moore por un tiempo; su paradero actual es desconocido.
Al final, un jurado condenó a Moran y Newcomb por conspiración para cometer asesinato. Cada uno fue sentenciado a 12 años. Driver recibió cuatro años tras declararse culpable y será liberado este año.