Un réquiem para despedir a un ególatra
Lamentamos verdaderamente que de una manera inesperada se haya ido de viaje al Oriente Eterno el general. Jorge Luis García Carneiro.
No tuvimos ninguna relación y fuimos adversarios políticos e ideológicos. Y a pesar de tener familiares dentro de las fuerzas armadas, siempre he tenido una animadversión hacia los regímenes y gobiernos dirigidos por militares, debido a que, lo poco que he podido estudiar acerca de esos regímenes, hasta ahora no se conoce en la historia de la humanidad, alguno que haya realizado una acción benefactora hacia la ciudadanía.
Y está comprobado, a lo largo de la historia, que los militares gobiernan para enriquecerse ellos y sus adeptos.
Eso hizo el difunto general con su familia y sus 4 mosqueteros: el pastor, el Coronel, El Procurador y el director de seguridad; siguiendo el patrón impuesto por el teniente coronel de Sabaneta, con los cuales inició su gobierno y disfrutó las mieses del poder.
Hizo algunas obras suntuosas y otras importantes como los terminales de transporte, estadios, plazas y la cinta costera entre La Guayra y Macuto, la cual le dio réditos económicos y personales por el inmenso movimiento de tierras, que le permitió a sus familiares viajar por el mundo y demostrar lo grato que es pasear por el mundo exhibiéndose a través de los selfies, para mofarse del ciudadano común, al cual el salario no le alcanza para cubrir ni una semana de su alimentación.
Siguiendo ese patrón, distribuyó entre su familia y sus mosqueteros los diferentes negocios que le dieron excelentes resultados económicos, alimentaron su ego narcisista y ratificaron su delirante egolatría por la perpetuidad del poder, al exponer su desmedida ambición de permanecer al frente de la gobernación del estado Vargas contra los designios del usurpador de Miraflores. Llenó las paredes y espacios de las vías públicas con una propaganda personal, propia del culto a la personalidad, asumiendo demagógicamente que era la figura que encarnaba el gentilicio de la guayreñidad; con la frase “Carneiro es La Guayra”. Con eso demostró el voraz deseo de imponerse autocráticamente por encima del sentimiento de los Varguenses.
Ahora, quedan las pintas y los adornos florales que construyó a lo largo de la vía principal por donde pasa la reina, para recordarlo como personaje narciso imbuido en la fatuidad y los oropeles del circo. Esas inversiones fueron realizadas con una inversión millonaria, que en cualquier régimen democrático, serían sometidas a estudio por razones de peculado y malversación del erario público, pero como estamos gobernados por una pandilla de narco delincuentes, que se solapan sus fechorías y acciones delincuenciales, quienes se dicen y auto califican como integrantes del poder moral dejan correr esas aguas por debajo de los puentes y solamente ven la viga, en el ojo ajeno.
El caso es que se fue sin despedirse y sin solucionar la mayoría de los problemas que confrontamos los varguenses en materia de servicios públicos, sin agua, centros de salud en condiciones desastrosas.
Como muestra tenemos el periférico de Pariata, aguas negras en la mayoría de las calles y avenidas y la basura adornando las calles y recodos que no están a la vista de los visitantes que sólo aprecian la vistuosidad de la avenida por donde transita la reina.
Otro reflejo de su nefasta gestión es la planta desalinizadora ubicada frente a la Escuela República de Panamá. Está totalmente inoperativa y destruida por el salitre, al igual que la Planta de Tratamiento de Punta Gorda, la cual por la construcción del estadio Fórum de La Guayra, sacaron los tubos de 48 pulgadas de la red colocada por Corpovargas, que debían traer las aguas servidas de las parroquias Naiguatá, Caraballeda y Macuto, por lo también quedó inoperativa.
No hablemos del estado físico de las edificaciones escolares, porque entonces el Rosario y la letanía, sería interminable.
Otro hecho por el cual recordaremos al finado e infausto general es por su acción depredadora contra la historia y patrimonio varguense, al cambiar autocráticamente el nombre del estado y pretender borrar nuestra identidad y arraigo histórico; ya que eliminó el busto del fundador Diego de Osorio, al igual que el de Francisco Fajardo quien fue el primer venezolano que llegó este litoral en 1555. Igualmente destruyó la plaza Gual y España, ubicada frente a la prefectura de La Guayra; El Monumento a La Conspiración de Gual y España, inaugurado por el presidente Caldera el 25 de octubre de 1998 en Pachano, convertido ahora en estacionamiento de la funeraria San José, la cual, según las malas lenguas, es propiedad del Alcalde.
También para continuar su acción depredadora, reformó La Casa de José María España, ubicada en la calle San Francisco del Casco Colonial de la ciudad histórica de La Guayra, utilizando materiales diferentes a los originales y convirtiendo ese Monumento Histórico Nacional en un agradable pero inapropiado y café gourmet y le colocó el busto de José María España, que había instalado en la plaza construida en la entrada de la urb. La Llanada, en Caraballeda, la cual inauguró el 28 de febrero de 2012 y colocó en su lugar otro busto, que hasta ahora no hemos identificado.
Quitó el busto de Simón Bolívar ubicado frente a la Escuela Alfredo Machado en Catia La Mar, y también distorsionó el sentido y tradición a la plantica de La Guayra; igualmente, destruyó el cementerio aborigen ubicado en el playón.
Y si quieren ver como demostró su amor por La Guayra, bastaría ir a La Casa Guipuzcoana, sede del despacho del solio gubernativo para ver el estado de deterioro de ese Monumento Histórico Nacional, observar las ruinas de la antigua corporación del puerto, ubicada frente a la plaza Vargas, al igual que el Hotel Miramar en Macuto, el cual se ha venido cayendo a pedazos ante la indiferencia del narciso y sus obsecuentes lame botas.
Otros testimonios de su amor incomprendido lo apreciamos en los balnearios de Catia la Mar, Macuto y Naiguatá, antiguos centros receptores de personas ávidas de recreación y disfrute de sus playas, los cuales están en completo estado de abandono y de ruindad.
En fin, claro que lo vamos a recordar, pero no por construir un estado de bienestar para los varguenses, pero si por imponer y oficializar a diestra y siniestra la matraca policial con la Ley de Convivencia y también lamentar que se fue sin despedirse a reunirse con el intergaláctico y también con su carnal, El Pastor, sin pasar por el baremo crítico y analítico de la sociedad varguense, que muy bien lo juzgará y pondrá en la balanza de la justicia terrenal, las diversas acciones que realizó, y que de seguro servirán para pedirle a la Divina Providencia que, por favor ,no permita que los próximos gobernantes para nuestro estado, sean de tan baja ralea, como el finado general.
Por tal razón, le expresamos nuestras condolencias a su familia y deseamos que descanse en paz y si el arquitecto de la naturaleza lo permite, que siga entonces disfrutando de su egolatría y narcisismo en el más allá. Te lo pedimos Señor.
Historiador