Exclusiva ND | «Temo por mi vida»: Lo que dijo la chavista detenida por denunciar mafias de gasolina en Barquisimeto
La terrible crisis de combustible que mina al país, cada día se profundiza más debido a la ineficiencia y poco interés del régimen para solucionarlo. Las colas para surtir gasolina en todo el territorio nacional son kilométricas, los usuarios duran días y semanas aguardando y sufriendo hambre, calor, cansancio, la mayoría sin esperanza de que llegue pronto el combustible. Son reiteradas las denuncias que sobre este particular se han hecho, incluso voceros del gobierno de Maduro se han pronunciado y han amenazado con investigaciones y castigo a los culpables, aunque hasta ahora no se haya materializado ninguno.Todo esto ha producido la aparición de mafias integradas por los funcionarios encargados de «ordenar y resguardar» el suministro del líquido y por algunos dueños de las estaciones y junto a los colectivos, muchos de ellos del llamado Cupaz, se aprovechan de la necesidad del ciudadano para, cuando por fin llega la gasolina, montan su negocio y alientan las llamadas «colas VIP» que benefician a unos tantos que cancelan dólares de más para surtir sin hacer la cola kilométrica.
En este sentido, Lisbeth Soto, quién a mediados de este mes vivió un infierno por hacer públicas unas irregularidades en la estación de servicio San Luis, ubicada al este de Barquisimeto.
A través de un video que llegó a la redacción de ND, la dirigente chavista refiere que luego de nueve días de calvario en la cola y ser testigo de las innumerables irregularidades que cometían los funcionarios con las colas VIP, decidió hacer público su descontento por todas esas arbitrariedades y que por este motivo, afirmó que fue «secuestrada» por personas vestidas de civil, que se la llevaron en un vehículo sin identificación, luego le hicieron un trasbordo a otro vehículo y que además le dijeron que llamara a su familia para informarles que ella se comunicaría dentro de varios días.
«Vi cosas que de verdad, son totalmente sorprendentes. Vi una gran mafia con respecto a la gasolina, ya que sin importarle el sufrimiento, el hambre y todo lo que se pasa allí en esa cola, necesidades, lluvia, sol hay funcionarios que no les importa el dolor humano».
Contó que la llevaron al Comando GNB 123, ubicado en La Montañita, municipio Palavecino. Denunció ser víctima de torturas y malos tratos, incluyendo su reclusión en un contenedor cerrado, lleno de excrementos, orina, ratas y sin ventilación; hasta que la sacaron hasta un CDI por una crisis nerviosa.
“Fui víctima del vulgar maltrato que dan a cualquier ciudadano que se atreve a denunciar o reprochar los niveles de corrupción que se presentan en las estaciones de servicio», criticó.
Además dijo que la acusaron de ser parte de la mafia del combustible y alentó a los usuarios a denunciar las irregularidades que sufren en esas colas.
«No es ninguna sorpresa para ninguno. Sabemos que como estas mafias de la gasolina también se encuentran mafias en el TSJ, en la Fiscalía y se viven a diario», señaló al asegurar que las mismas cobran en divisas para beneficiar a aquellos que puedan pagar a los funcionarios corruptos.
«Lo viví en carne propia. Siento también mucho temor por lo que puedan hacer ellos en contra de mi, de mi familia y de mis hijos» aseguró.
Además reveló no tener palabras para expresar lo que realmente todo lo que siente porque «es fácil cuando se está del otro lado, pero cuando eres tú la víctima es difícil hasta expresar porque sientes temor de decir una palabra mal dicha y puedan atentar contra tu propia vida o con la vida de tus hijos».
Insistió que «el sistema de justicia está podrido, y han dolarizado los derechos y garantías constitucionales de los venezolanos. Desde un funcionario policial, hasta un Fiscal del Ministerio Público o Juez, se puede denotar el vicio y la corrupción desmedida, que sólo afecta a la integridad de la persona que se encuentra inmersa en un proceso penal.” afirmó.