«Si los productores nos encargáramos de la distribución, no hubiese bachaqueo de diésel»: presidente de Fedeagro
El presidente de Fedeagro, Celso Fantinel condenó que la producción esté siendo gravemente afectada por la escasez de diésel y aseveró que si ellos se encargaran de la distribución del combustible «no existiera el bachaqueo».
En entrevista concedida a Contrapunto, Fentinel dijo que no están «parados» por la falta de diésel, pero si «están mermados» y explicó que en Portuguesa «hay un avance de 25% de la siembra de maíz y de 10% de arroz. Pero para esta fecha ya deberían tener 70% a 80% de avance de siembra».
«Si nosotros hubiésemos estado a la cabeza de esta distribución te aseguro que hubiese llegado el diésel, suficiente y en cantidad, a los productores, a los industriales y los transportistas, y no hubiese el bachaqueo. Volvió el bachaqueo», sentenció.
Agropatria es un nicho de corrupción
Para Fentinel Agropatria se convirtió en un «monopolio» y en un «nicho de corrupción» ya que a través de Agrofanb y Agrosur dirige los insumos a personas ligadas al gobierno de Maduro, a empresarios y a pocos productores. «Han dejado a la inmensa mayoría de los productores agropecuarios sin crédito».
En 2020, Fedeagro logró sembrar 50% de lo que se hizo en todo el país: 88.000 hectáreas de maíz y 35.000 hectáreas de arroz, y acotó que «prácticamente el Gobierno ha desaparecido. Todo está en manos de privados».
Y en lo que va de 2021, «aumentamos a 120.000 hectáreas de maíz y 40.000 hectáreas de arroz con esfuerzo propio, insumos traídos por nuestras organizaciones directamente».
Para poder sembrar han pedido créditos a bancos de venezolanos en el extranjero: «hay que dar en garantía algún bien, muchas veces hay que dar en garantía moneda dura, y muchas veces nuestros proveedores internacionales logran darnos créditos parciales y dividir el pago en tres secciones, que nos ayuda mucho».
Este 17 de marzo, Ramón Elías Bolotin, directivo de Fedeagro, indicó que necesitan un millón de litros de gasoil para atender las 30 mil hectáreas de frijol y 10 mil de ajonjolí en Turén, estado Portuguesa. Indicó que para recuperar parte de la inversión, han acudido a labores manuales de recolección ya que es imposible con maquinarias: «Lo que antes hacíamos con cortadoras y después se cosechaba a máquina, ahorita se está haciendo a mano».