Pensar en algo más
Vivimos en un país donde todo pareciera un caos. Debido a que si volteamos la mirada al tema político vemos un conflicto permanente que luce no tener fin; si hacemos lo propio hacía el ámbito económico observamos una situación similar o, tal vez, aún más complicada.
Vivimos en medio de una crisis económica, de una crisis política, además de una crisis de seguridad (debido a la presencia de la guerrilla colombiana en el estado Apure y el empoderamiento de mafias organizadas por todas partes), crisis humanitaria, y sumaría yo, de una crisis de identidad.
Ante semejante realidad, ¿qué hacer? Soy de los que cree que debemos pensar en algo más, superar las ataduras del conflicto y ver más allá de las dificultades; tenemos el deber de reinventarnos, de superar las limitaciones y construir un mañana.
Allá afuera, en medio de esa selva en la cual se convirtió nuestra sociedad, existen hombres y mujeres de bien. Existen padres y madres de familia que hacen lo posible y, muchas más veces de lo que pensamos, hacen lo imposible para mantener a sus familias.
Allá fuera hay emprendedores; allá afuera hay comerciantes, hay quienes aún creen que una inversión en Venezuela es viable; todos ellos representan a una parte del país que piensa diferente.
Más allá del debate político de rojos y azules; más allá de quien se sienta en la Silla de Miraflores, todos nosotros tenemos el deber de construirnos nuestras propias soluciones reales e individuales.
Un padre de familia no puede esperar que Maduro abandone el poder para buscar comida, medicinas, vestido, calzado y educación para su familias; no puede esperar que el G4 se ponga de acuerdo en torno a si van o no a elecciones para él poder gestionar soluciones a los graves problemas que tienen en su hogar.
Esa Venezuela verdadera, ese país que está allá afuera, que no tiene nada que ver que las decisiones políticas, ese es el país que debe despertar y debe buscar sus propias formas de sobrevivencias.
Sí, muchos se preguntarán ¿cómo trabajar en medio de la crisis? Y allí les respondo que: “lo estás enfocando mal”… El meollo no es la crisis como tal, sino es el detectar que oportunidad nos brinda la nueva situación.
He visto con suma satisfacción como cada día hay más emprendimientos en el mundo gastronómico (dulces, comidas, y más); he visto como cada vez más personas – sobre todo mujeres – emprenden iniciativas en áreas como la costura, la cocina, y otros sectores. He aquí la fórmula del crecimiento, la manera idónea para transformar una crisis en una ocasión de crecimiento.
Debemos quitarnos los dogmas o criterios pre-establecidos; debemos dejar de pensar que vendrá un “salvador terrenal”, que una fuerza internacional llegará para liberarnos, eso no nos va a ocurrir. La solución de nuestros problemas serán generados aquí, y cada quien será su protector en la medida que asuma con responsabilidad el papel que le toca afrontar.
Usted que me lee, le reitero mi consejo deje de estar pensando en los problemas y enfóquese en las soluciones; centre sus esfuerzos en el trabajo y no en el resultados políticos en los cuales usted no puede repercutir.
Haga lo que tenga que hacer, sea usted mismo su impulsor de su propio destino.