La reventa de vacunas la impulsa el mismo Estado, afirma José Trujillo (dip. AN/2015)
La crisis económica, los bajos sueldos que se traducen en poco poder adquisitivo, la falta de valores entre otros, aunado a la pandemia que se desarrolla actualmente, ha llevado al repunte de prácticas que, si bien existían anteriormente, se han hecho mas notorias como la corrupción y la matraca, que ya se ve en todos los niveles y están haciendo estragos, incluso en instituciones que deberían ser garantes del recto proceder de los ciudadanos. Sin embargo, sus funcionarios y empleados también incurren en prácticas para hacerse de dinero o productos.
En ese sentido, el diputado de la Asamblea Nacional 2015 José Trujillo, señala que el negocio de reventa de vacunas, lo impulsa el mismo gobierno de Nicolás Maduro al no informar de manera veraz sobre el proceso de vacunación, lo que genera la aparición de un mercado paralelo que se alimenta del desespero, el miedo y la ignorancia de las personas que no quieren contagiarse del coronavirus.
Trujillo criticó además que no se ha priorizado la colocación de la misma porque por ejemplo «Aquí vacunaron primero a Maduro, después a los ministros, después a los gobernadores, alcaldes, miembros de las Ubch y Psuv. En estados como Aragua, apenas el sábado 12 de junio fue que arrancó el proceso de vacunación para los médicos y enfermeras».
Según Trujillo, la Comisión de Salud de la AN 2015, ha recibido innumerables denuncias sobre este tema: «Llegan a cobrar hasta 200 dólares por las dos dosis, pero al momento de solicitarle a las personas que formulen la denuncia ante el Ministerio Público, les da miedo, se cohíben de certificar su denuncia por temor a represalias».
La corrupción también se vive en otros ámbitos
Por otro lado, el sociólogo y coordinador de la Red de Derechos Humanos de Lara, Nelson Fréitez señaló que «estas prácticas conspiran contra el derecho a la vida, sobre todo si se trata de temas tan sensibles para la población como un plan de vacunación contra el coronavirus que priorice al personal de salud y a las personas de alto riesgo».
Fréitez también señala que dentro de otros factores, entre los que nombra la pérdida de valores institucionales, la descomposición social y una total carencia del estado de derecho, se incluyen prácticas como el pago/cobro para surtir gasolina sin hacer cola, para poder pasar las alcabalas incluso para poder ser vacunados contra el Covid-19 se ha acrecentado en este tiempo, sin que nadie haga algo para evitarlo, al contrario, son mas las personas que se suman a esta práctica.
«En el caso de fármacos, vacunas y combustible, la empresa privada le ha pedido al Estado que le permita importar fármacos, poder participar en el negocio de la gasolina, pero el Estado se ha negado. El sector privado puede coadyuvar para que haya mejor suministro y controles», señaló.
La corrupción también se evidencia en las colas para surtir gasolina, ya que desde hace algún tiempo los militares se han adueñado del control de las colas, haciendo que personas que llegan en cualquier momento, no hagan la cola y llenen el tanque de inmediato. Esto según señalamientos de usuarios de la Estación de Servicio San Luis ubicada al este de Barquisimeto, donde la señora Marielba Sosa señala que tiene siete días haciendo la cola en ese lugar y que «El domingo 13 de junio llegó un cisterna de Pdvsa, sólo pasaron a 100 personas en la cola, pero sí pasaron a 200 vivos que se colocaron en la VIP, algunos tenían camioneta rotulada del Estado, otros eran gente con plata».
En otros estados del país, como Sucre y también en algunas zonas de Caracas las denuncias señalan que los colectivos son los que han monopolizado el control de las gasolineras en cooperación con los militares.
Con información del diario La Prensa de Lara