La presa del comandante
Un inventario de las bajezas protagonizadas por el patriarca del Socialismo del SXXI, por sus huestes y herederos durante estos veintidós años, sumaría páginas para una enciclopedia de la infamia. Son tantos estos hechos, que se apilan unos sobre otros y los más recientes ensombrecen nuestra retentiva de los anteriores. Sería indigno olvidarlos porque las víctimas de tales actos han pagado con sus vidas, con su libertad, con su dignidad mancillada, con torturas u ostracismo.
Afortunadamente, hay quienes asumen el compromiso con la historia de documentar la ignominia. Francisco Olivares, laureado periodista de investigación y narrador, lo hizo en su libro Afiuni, la presa del comandante (*), para testimoniar uno de los actos más procaces cometidos en nuestra historia republicana contra la justicia y el estamento jurídico. La jueza María Lourdes Afiuni, por emitir una boleta de libertad condicional para un ciudadano, preso desde hacía más de dos años en violación de su derecho al debido proceso, y acatando una resolución de la ONU que prescribía su derecho a ser juzgado en libertad, provocó la ira del Presidente de la República. Éste, en acto público, ordenó a los tribunales condenar a la jueza a treinta años de prisión “por bandida”. La medida cautelar hacía justicia a quien era un preso del mandón por razones personales.
El decantado relato de Olivares da cuenta del martirio sufrido por Afiuni, durante los últimos 12 años, en el marco de una justicia dominada por el miedo, el silencio y la abyección de jueces y fiscales, el ensañamiento contra ella y su familia, su reclusión carcelaria en un ambiente de corrupción y horror, donde fue víctima de violación e intencionales suplicios. En fin, un escrito de enorme valor testimonial, que merece leerse, para no olvidar, porque la memoria es sustento material del juicio histórico.
(*) Olivares, Francisco, Afiuni, la presa del comandante, 4ta edición, Editorial Dahbar,2020