Insólito Triple Play
En todos los campos de juego de softbol la conversación de la semana giraba en torno a los resultados de las elecciones federativas para el periodo 2021-2025, en las que quedó reelecta María Soto.
—¿Y cómo lo hizo? —dijo un entrenador—, si todos sabemos que su gestión ha sido una de las más deficientes que ha tenido este deporte. Recuerden que desde el año 2017 este deporte ha venido en franco retroceso, como lo demuestran los resultados en los eventos internacionales: En los eventos del Ciclo Olímpico (2017-2019) no solo hemos quedado fuera del cuadro de medallas, sino que hemos perdido juegos con países a los cuales históricamente los habíamos vencido. En los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla 2018, quedamos fuera del cuadro de medallas, luego de haber sido medalla de oro en los años 2002, 2006 y 2010. En el Campeonato Mundial Femenino celebrado en Japón, quedamos en el penúltimo lugar. Finalmente, en el Ranking Mundial de la Federación Internacional, descendimos del 7º lugar al puesto 12º en el masculino y bajamos del 9º al 16 en el femenino.
Una jugadora interviene para señalar que la primera acción de María Soto como dirigente fue imponer una modificación estatutaria que le permitiera a ella, como presidenta de la Federación, poder participar como jugadora de la Selección Nacional de Venezuela en los Juegos Centroamericanos y del Caribe celebrados en Colombia 2018. Hecho este violatorio de la normativa nacional e internacional que regula este deporte.
Amiga, te quedaste corta —señaló otra de las jugadoras—. Recuerda que también se autonombró directora técnica, manager y coach de la Selección Nacional. No entiendo cómo, con todo ese currículum negativo, logra ser reelecta para un nuevo periodo. Que alguien me lo explique por favor.
—Déjenme explicarlo —dijo el entrenador en su segunda intervención—. En primer lugar, no se olviden de que esa señora fue una protegida del difunto eterno. Protección que continuó después de su muerte a cargo del ministro del Deporte y el presidente del IND, quienes hicieron todo lo posible para que ella cumpliera su sueño de ser presidenta de la Federación Venezolana de Softbol (FVS), hecho ocurrido en el 2017. A partir de ese momento, guapa y apoyada, dirige la organización como su coto privado, haciendo lo que le venga en gana y las asociaciones se calan eso sin protestar.
Consciente de su poder dictatorial, avalado por las autoridades deportivas, preparó y puso en práctica un proyecto que le garantizara permanecer en el cargo hasta que le diera la gana. Utilizando la jerga del deporte, lo bautizó con el rimbombante nombre de Triple Play. Ese plan, afirma el entrenador, estaba orientado a sacar del juego, con tres acciones o outs, a cualquier oponente que osara confrontarla en las elecciones federativas.
Out #1: Designar a dedo los delegados de la asamblea para el nombramiento de la Comisión Electoral de la Federación.
Out #2: Elaborar el padrón electoral solo con personas afectas a su candidatura.
Out #3: No permitir la inscripción de otra plancha. La Comisión Electoral anulará la plancha contraria utilizando cualquier argumento válido o no: Cambio de lugar y hora de recepción de recaudos, invalidar firmas, modificar sin avisar el número de apoyos requeridos, color de la tinta o el tipo de papel. En fin, el objetivo es anular al oponente y todos los medios son válidos.
Quiero terminar mi explicación, dijo el entrenador, con esta última perla: como todo proceso electoral federativo es supervisado por las autoridades deportivas y son estas la que conocerán en primera instancia, las impugnaciones que pudieran presentarse, cerramos el triple play con broche de oro, al llevar en la plancha, en el cargo de vicepresidente, a Juan Carlos Amarante, nada más y nada menos que presidente del IND y a la diputada del Psuv Victoria Mata en el Consejo de Honor, por si la impugnación llegase a la Asamblea Nacional.
Con todo este tinglado de trampas y artimañas, garantiza María Soto, con la complicidad de las autoridades, una elección al estilo revolucionario sin oposición y con resultados conocidos de antemano. Todo esto, lo que demuestra, es que el Estado de derecho dejó de existir en el deporte.