El Tiempo: Conjuros, brujería y tabaco cuidan los cargamentos de los narcotraficantes
Buscando que las valiosas cargas de drogas que a diario son transportadas hacia otros países lleguen a salvo, los jefes de los carteles colombianos recurren a los más sofisticados métodos de seguridad, diseñan rutas blindadas que cambian con regularidad, compran lealtades, y otros tantos mecanismos que garanticen la seguridad de los envíos. Esto ya está comprobado. Lo que hasta los momentos no había salido a la luz pública era la utilización de entes espirituales, despojos y conjuros para estos fines.
Reseña el diario colombiano El Tiempo, que en un allanamiento efectuado a la casa de un hombre apodado «El Enano» en el departamento de Nariño, al sureste de Colombia, acusado de ser el jefe de un cartel que distribuye cocaína desde la costa pacífica colombiana hacia México y que también ha sido acusado por la DEA de enviar al menos diez toneladas de cocaína a Estados Unidos, la Policía Nacional incautó un video en donde se observa a una mujer realizando una especie de conjuro de protección, solicitando la ayuda de la Santa Muerte, para que el cargamento llegue a salvo a su destino.
«Que sus cargas lleguen bien, que las proteja donde quiera que vayan. Que estas velas que le he montado lleven su camino (…) ya le prendí a la Santa Muerte a Uchú. Que sus cargas lleguen bien a donde van oh Santa Muerte, por este humo que te ofrezco, por estos tabacos”. se oye decir a la mujer a la que llaman «Mama Santa», habitante de la zona selvática nariñense colindante con Ecuador.
Esta mujer al parecer ha sido utilizada por otros traficantes, incluso aseguran que uno de sus conjuros convirtió en un perro negro otro narco conocido como «Guacho» (Walter Patriio Arizala) para que escapara de las autoridades, éste fue muerto en 2018 por la Fuerza Pública.
La veneración a la Santa Muerte por parte de «El Enano» surgió en uno de los tantos viajes de negocios que el traficante realizó a México, país en donde es muy popular el culto a este ser infrahumano por parte de los carteles, que le hacen ofrendas para pedirle protección y seguridad para sus cargas de cocaína.
Incluso la policía incluye dentro de su personal a un sacerdote católico cuando van a realizar algunos procedimientos relacionados con drogas. “Le rezan a la muerte, a lo que significa y le dan un poder infrahumano…. Es una práctica que rechaza la Iglesia Católica”, dijo el padre Carlos.
La importancia de un cargamento es tal, dado su alto valor económico, que si alguno se llega a perder comienza un a batalla interna de desconfianza, venganzas y traiciones que genera la pérdida de confianza en los miembros del cartel, es por ello que le han dado poder a las creencias místicas.
Las diferentes direcciones de la Policía Nacional – en sus operaciones contra las redes criminales – han evidenciado que muchos jefes buscan la protección de aquellos que afirman tener poderes especiales a través de espíritus o fuerzas demoníacas para no ser capturados o morir. No importa el estatus, condición, o lujos en sus propiedades, incluso en las cárceles se ha evidenciado la veneración y creencia en deidades.
Existe el llamado el ‘clan del Golfo’, cuyos miembros también son muy dados a pedir el tipo de protección del mas allá. Tienen altares de protección para ellos y sus familias. Aseguran que algunos inclusive son de magia negra muy fuerte que hasta asusta a los efectivos policiales que realizan los hallazgos.
Otra de las historias aseguran que un narco y asesino llamado Pedro Oliveiro Guerrero, muerto en diciembre de 2010, constantemente se «sellaba» con contras que llevaba en el cuello para que nunca recibiera una impacto de bala o una herida punzo penetrante. Al momento del procedimiento para su captura fue atacado desde dos helicópteros Black Hawk de la policía, al terminar el intercambio de disparos, y buscar al criminal no lo encontraron, lo presumían herido. Tres días después apareció muerto en un río, la necropsia indicó que no tenia ningún impacto de bala, que murió ahogado. Esto aumentó el culto a los diferentes rituales místicos y brujerías entre los traficantes del país.
Con información del diario El Tiempo