Derechos sin deberes
Vivimos una época de reivindicaciones colectivas. Personas que se han sentido marginadas levantan sus voces desde esquinas muy diversas, coincidiendo en general en la exigencia al reconocimiento y respeto de sus derechos. Al final todas estas luchas, válidas y necesarias, son gritos desesperados de quienes por mucho tiempo han sido silenciados, y por ello están cargadas de frustraciones, de rabia, e incluso desesperación. Sus exigencias deben ser escuchadas por el resto de la sociedad, debatidas y, de ser el caso, incorporadas dentro del marco jurídico y en general protegidas por las instituciones correspondientes.
De la secuencia anterior es importante destacar el “debatidas y, de ser el caso, incorporadas”. En este sentido, Amitai Etzioni (1993) señala que “alguna vez, los derechos fueron exigencias legales/morales muy solemnes, acomodados en la Constitución y tratados con mucha reverencia. Todos perdemos si los departamentos de publicidad de cada grupo de interés especial pueden decir que el derecho de alguien ha sido violado cada vez que esa persona no obtiene todo lo que quiere”. Este hecho Etzioni lo llama “inflación de derechos”, para hacer referencia al hecho que cuando cualquier exigencia se espera sea convertida en derecho estos terminan devaluándose en general.
Ahora bien, ¿cuáles son las exigencias que sí deben ser consideradas derechos y cuáles no? Ahí es donde el debate como sociedad es importante. La imposición de derechos (muchas veces a costa de la violación de derechos existentes) puede traer consigo no solo la devaluación de estos, sino el conflicto. Señala el mismo Etzioni: “Una sociedad plagada de grupos de verdaderos creyentes y grupos de intereses especiales, cada uno de los cuales rebosa de derechos, inevitablemente se convierte en una sociedad sobrecargada de conflictos”. Al final las exigencias particulares de cada grupo de interés pueden terminar rebasando la capacidad de la sociedad de tener una base común y por lo tanto de una identidad que la una.
Lo anterior no significa que no deban existir luchas por alcanzar nuevos derechos, al contrario. Lo que se plantea es que debe haber un foco de atención en aspectos primordiales. Por ejemplo, Etzioni menciona un ejemplo extremo, el caso de un abogado en Los Ángeles que clamó por el “derecho de la arena” para proteger las playas. Ese ejemplo extremo puede parecer ridículo a la vista de muchos, pero que pasa con casos menos evidentes como por ejemplo el derecho a viajar con mascotas en las cabinas de los aviones. El límite de lo que se debe debatir en torno a qué debe ser un derecho y qué no es una línea muy tenue que de por si puede generar muchos debates.
Frente a esta situación compleja Etzioni plantea un punto clave, del que quizás se pueda derivar una solución. Los derechos deben ir acompañados de deberes, e incluso debe haber deberes que no estén correlacionados con derechos. Escribe Etzioni, “Reclamar derechos sin asumir responsabilidades es antiético e ilógico”, e incluso va más allá y plantea que muchas personas asumen que no tienen ninguna obligación hacia los demás. Esta perspectiva centrada en el sujeto que se asume poseedor de algún derecho es fundamentalmente individualista, enfocado en su derecho muchas veces olvida los derechos de los otros. En el reconocimiento del otro a partir de deberes se minimiza ese individualismo.
Abordar el tema del reconocimiento de derechos en estos tiempos es complejo. Lo es porque “una vez que se introduce una agenda como un ‘derecho’, la discusión sensata y las posiciones moderadas tienden a desaparecer”. También es complejo porque definir qué debe ser un derecho y qué no tiene una alta carga subjetiva. Es justamente por esta complejidad que deben darse los espacios para el debate, y en ese contexto un buen referente puede ser definir los deberes que acompañarán a los derechos y, en términos más amplios, que quienes abogan por el reconocimiento de sus derechos reconozcan la importancia del otro, y por lo tanto la obligación que como sociedad cada uno tiene con los demás.
Twitter: @lombardidiego