Jeanine Áñez pide al mundo oír informe de la Iglesia de Bolivia: “Devuélvanme mi libertad”

El Mundo | junio 17, 2021 | 7:16 pm | .

La expresidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, pidió este jueves a países y organismos internacionales que confirmen el informe de la iglesia de Bolivia y se le “devuelva su libertad”, tras 90 días en arresto.

Por medio de su cuenta Twitter, comparten un comunicado donde señala lo siguiente: “Tarde pero llego la verdad: Devuélvanme mi libertad. Desde el encierro injusto en una fría y oscura celda en la que me encuentro prisionera del poder y la mentira del señor Evo Morales Ayma, lejos de mi madre y de mis hijos, me dirijo al pueblo de Bolivia”.

Lea a continuación el resto del comunicado íntegro de Jeanine Áñez:

Después de 90 días privada de mi libertad en el medio de la crueldad jamás vista, finalmente hemos escuchado la palabra de la Iglesia Católica, bajo la promesa de nuestro Creador de que solo la verdad nos hace libres.

Queda claro hoy que nunca existió golpe de Estado en Bolivia. Vivimos trágicos y dolorosos días de violencia y amenazas en las históricas jornadas de octubre y noviembre de 2019. El régimen totalitario de Evo Morales, en estas circunstancias, pidió a la Iglesia Católica y las Embajadas de España y la Unión Europea, convocar a una mesa de diálogo para garantizar la paz y tranquilidad de Bolivia.

La Iglesia Católica convocó a este dialogo para lograr la pacificación, preservar la vida y el sistema democrático. Desde el 7 de noviembre hasta el domingo 10 realizó una serie de contactos con diferentes líderes políticos del país para constituir una mesa de diálogo y entendimiento nacional, a pesar que el gobierno que controlaba a los movimientos sociales, los instaba a seguir provocando violencia y temor entre los bolivianos.

El domingo 10 se produce la renuncia del Presidente y Vicepresidente del Estado Nacional. Posteriormente se hacen públicas las renuncias de la Presidenta del Senado, y el Presidente de la Cámara de Diputados. El país comenzó a vivir el espantoso clima del vacío de poder, que colocó a nuestra Patria al borde de una guerra interna. Los sectores del MAS salían a las calles incitando al enfrentamiento, bajo la consigna de «ahora sí, guerra civil». Se desató un desenfreno de la violencia promovida por el MAS, frente a pacíficas movilizaciones de ciudadanos que exigían democracia.

La Iglesia Católica había consultado si quienes estaban habilitados constitucionalmente para una sucesión presidencial estaban en disposición de hacerlo, según deja claramente establecido en el documento histórico que acaba de publicar. Adriana Salvatierra y Susana Riveros se excusaron y en cambio plantearon salidas fuera de la Constitución.

El MAS pidió la mesa de pacificación nacional, participó y negoció y finalmente aceptó las únicas salidas que la Constitución permitía, bajo las condiciones en las que se encontraba el país.

Nunca existió golpe de Estado. Hubo un acuerdo desde el seno mismo de la Constitución Política del Estado, en el que el MAS fue un actor fundamental y decisivo para pacificar el país y poder convocar a nuevas elecciones generales con nuevas autoridades electorales que fueron elegidas por más de dos tercios de votos de la Asamblea.

En nombre de la decencia y de la necesidad histórica de revelar la verdad, y para poner definitivamente punto final a esta patraña del MAS de pretender que el fraude, la incitación a la violencia y las renuncias masivas que tenían como objetivo dejar un país ingobernable, se conviertan falsamente en un golpe que nunca ha existido, solicito encarecidamente y en honor a la verdad, a la Embajada de España, la Unión Europea, Naciones Unidas y la Embajada del Brasil, tengan a bien confirmar la plena veracidad de los hechos revelados por la Iglesia Católica.

Hasta ahora, la historia falsa que ha pretendido imponer el MAS, ocultando la verdad histórica, solo sirvió para justificar mi encarcelamiento vil y que vulnera mi derecho al debido proceso.

Ahora que todo está claro, exijo a los jueces y fiscales que han pisoteado la Constitución y las leyes mancillando el nombre de la justicia , ordenen mi inmediata libertad y me permitan asumir mi defensa en Libertad, tal como debe suceder y tal como queda establecido en todas las normas jurídicas nacionales e internacionales.

Dios bendiga y proteja a todas las familias de los bolivianos, que hoy no solamente sufren persecución, sino una devastadora pandemia que sigue llevándose vidas, sin ya poder aguantar más tanto sufrimiento.