A los Ovalles la basura «le salva el día»: Venden chatarra y cartón para poder comer en Táchira
No solo en Caracas los venezolanos hurgan la basura para comer y sobrevivir, esta realidad llegó al Táchira y la familia Ovalles pasan horas buscando «artículos reciclables» que puedan vender en la frontera y poder comer.
Luis Ovalles y su esposa Margarita no han podido salir del país porque tienen tres hijos, dos de ellos con discapacidades moderadas. Pasan los días hurgando en la basura de la autopista San Cristóbal-La Fría, con el fin en encontrar artículos reciclables que puedan vender en la frontera y así obtener algo de ingresos para mantener a sus tres hijos, de 7, 10 y 12 años.
Viven en una humilde casa en Boca de Caneyes que hace ocho años les fue desvalijada y desde entonces sus pertenencias materiales se limitan a las donaciones de ciudadanos de buen corazón que les regalan algo de ropa o comida. 35 km es el trayecto que una o dos veces a la semana realiza la familia entera desde su «ranchito» en la autopista hasta el centro de reciclaje en Cúcuta donde venden los cartones de huevos, plásticos y chatarra, reportó La Prensa Táchira.
Su recorrido inicia a la 1:00 am, en medio del frío salen con los niños en tres «carruchas». Son 22 kilómetros de empinada subida hasta la cumbre en La Mulera donde empieza una pronunciada bajada de 14 kilómetros, en eso pasan medio día.
Luis Ovalles comentó que «ya es una ruta habitual, el único tramo que consideramos difícil es justo antes de llegar a La Mulera, el frio es muy duro y tratamos de caminar todos juntos para guardar el calor, cuando empieza el amanecer estamos llegando a el inicio de la bajada y todo es más sencillo».
Margarita explicó que salen a esta hora para no encontrar muchas alcabalas ya que los militares le piden dinero y de no cancelar no les permiten el paso. «Mucho de lo que ganamos se va en la vía, cada día hay más y más puntos de control, por lo que se nos va parte del dinero en llegar. En el transporte no nos permite montarnos, nos dicen que olemos mal, que llevamos mucha basura y desde hace algunos años aumentaron tanto los pasajes que se nos hizo impagable».