Franklin Brito: anatomía de la dignidad
El título de este artículo corresponde al reciente libro de Faytha Nahmens Larrazábal, periodista y escritora, en cuyas páginas, con estilo impecable e incisiones precisas, extrae y enhebra cuidadosamente las secuencias del viacrucis de Franklin Brito, un modesto agricultor venezolano. Caso extremo de impiedad de un poder autoritario, que hunde sus colmillos y no suelta a su presa hasta escenificar el terror que disuade cualquier intento de disidencia. La de Brito es quizás la historia más dramática en la lista de víctimas de aquel lenguaraz iluminado, que incluye, entre otros, a la juez María Lourdes Afiuni y al comisario Iván Simonovis.
El relato de Faytha está escrito para honrar y no olvidar el espíritu de Brito quien, con tenacidad Ghandiana, simbolizó en sus huelgas de hambre, en representación de todos, el reclamo indoblegable por un derecho legítimo. En su caso, el derecho de propiedad de la modesta parcela de tierra que cultivaba en el Estado Bolívar, que le pertenecía legalmente y que le fuera arrebatada por la apetencia corrupta de un alcalde y convertida en conspiración a la que se sumó la complicidad de todas las instancias del Estado abusivo.
Ministros, magistrados, catedráticos y hasta médicos del régimen se confabularon con engaño y también con burla, contra este solitario Alonso Andrea de Ledesma del SXXI, caballero con su piel y sus huesos como corcel y sus documentos de derechos legítimos como lanza. Inclementes, las huestes del milico expropiador vieron achicarse su figura quijotesca hasta extinguirse con apenas 33 kilos de peso. Simultáneamente, se aquilataba su dignidad. La anatomía de esa dignidad, narrada por Faytha Nahmens Larrazábal y prologada por Rodolfo Izaguirre y José Pulido, es lectura para nuestra conciencia y documento cuyo valor histórico crecerá para futuras generaciones.
(*) Nahmens Larrazábal, Faytha, Franklin Brito: anatomía de la dignidad , Cedice Libertad, Caracas, 2020