Exclusiva ND | José Ignacio Guarino: En Venezuela tenemos una inflación en dólares
El vicepresidente de la Bolsa de Valores Descentralizada de Venezuela (Bdve), José Ignacio Guarino, aseguró que de darse una próxima reconversión monetaria, ésta debe venir acompañada de unas políticas públicas.
Desde que inició el año 2021 algunos especialistas en materia económica daban por sentado que una tercera eliminación de ceros de la moneda venezolana podría ocurrir a finales de marzo. Esto no se cumplió. Y aunque el Banco Central de Venezuela a principio de ese mes incorporó tres nuevos billetes a la familia del cono monetario en un intento de paliar los embates económicos, la situación no cambió. Al contrario, el bolívar sigue perdiendo su valor día a día.
Guarino en exclusiva con ND recuerda la primera reconversión implementada en el año 2008 con la eliminación de tres ceros. Posteriormente, diez años después, se eliminan otros cinco para un total de ocho en una década. «Los venezolanos perdimos el poder de compra», asegura y añade que la pandemia por el coronavirus reseteó la economía en todos los ámbitos, solo que en Venezuela «no estábamos preparados para ello» y añade que el coronavirus se convirtió en la 4ta revolución industrial. «Hay mucho por recorrer», expresó.
A su juicio, el representante de la Bdve, en el país no se ha tomado en cuenta la «economía conductual», es decir, la que viene acompañada de las emociones. «La economía es una ciencia social y depende del comportamiento humanos y de las emociones y con base en eso se toman las decisiones, entre esas, las económicas», tema que puso sobre la mesa porque considera que el tema económico venezolano ha estado implicado con las expectativas, percepciones y hasta con algunas afirmaciones de especialistas en economía quienes han asegurado que «siempre se puede estar peor».
Planificación y control
Guarino destaca que en tres años se ha tenido tres conos monetarios y subraya que el problema de fondo no es la reconversión en sí, si no la hiperinflación en la que está sumergida el país desde antes de 2018. «En una reconversión debe haber planificación y control del gasto público.
«Actualmente el gasto público está profundamente atado porque el Estado no tiene flujo de caja. Sin embargo, existe la impresión de alguna forma de lo que se mal conoce como ‘dinero inorgánico’ que no es otra cosa que un dinero que no tiene respaldo», destaca.
Asegura que la última reconversión debió estar de la mano de políticas cambiarias, entre ellas, cambiarias, fiscales y productivas. «Había que devolverle de alguna manera al BCV sus papeles y eso no se hizo. El problema de fondo es la hiperinflación» y señala que otros países ni en sus peores momentos habían atravesado un contexto hiperinflacionario como el de Venezuela. Además, agrega que en el país no solamente hay una devaluación del bolívar, sino que también hay inflación en dólares.
«En Venezuela tenemos inflación en dólares. El tipo de cambio va por las escaleras, lo que puede costar un dólar, mañana puede costar tres dólares. Tenemos más de un 70% de la economía dolarizada en sus transacciones. Tampoco estábamos preparados para lo que vendría después: las sanciones económicas. El aparato productivo está dormido y la hiperinflación se combate con una serie de políticas en lo productivo, así como también en el sector tributario al igual que con financiamiento, pero como no hay dinero, entonces se puede hacer a través de políticas fiscales», puntualiza.
Reconversión = operaciones sencillas
Guarino indicó que uno de los aspectos que se busca con una reconversión es que las transacciones sean más sencillas porque los sistemas administrativos a nivel transaccional, se hacen complicados por la gran cantidad de ceros. Ante esto, puso un ejemplo de un billete de 20 dólares que, al cambio representa casi 60.000.000 Bs.
«La reconversión no va a solucionar absolutamente nada más allá del tema transaccional», destaca y a la vez se preguntó de qué valió la reconversión que se hicieron en los años 2008 y 2018 que además trajo la incorporación de nuevos billetes cuyo papel moneda es más costoso de lo que se puede adquirir con esos billetes.