Exclusiva ND | El relato de la detención de un activista: «Me metieron una cachetada que me hizo orinarme encima»
El defensor de DDHH, coordinador de Vente Delta Amacuro y del Foro Penal, Orlando Moreno contó cómo fueron los cinco días que estuvo detenido en calabozos del Cicpc en Tucupita. Fue golpeado, insultado y difamado ya que lo acusaron de cometer instigación al odio «por poner a manifestante en contra de los funcionarios»; y aseveró que uno de los alguaciles lo golpeó tan fuerte que «se orino encima».
El jueves 22 de abril, una embarcación zarpó desde la localidad de La Horqueta en Delta Amacuro con destino a Trinidad y Tobago, pero naufragó. Hasta la fecha se conocen más de una decena de sobrevivientes y al menos 7 fallecidos. Como defensor de DDHH, Moreno se encontraba buscando información y documentando la protesta de los familiares de los sobrevivientes el día sábado 24 de mayo.
Alrededor de las 10:00 a.m. del domingo 25, se enteró de que algunos de los rescatados habían sido llevados a la sede del Cicpc en Tucupita. Pero, nadie sabía con certeza que estaba ocurriendo. Moreno se dirigió al puesto de la Guardia Costera y documentó los relatos de los familiares. Uno de los funcionarios impedía que Moreno grabara a una de las familiares que estaba «desesperada».
En ese punto comenzó uno de los peores episodios de su vida hasta ahora:
«Bajé el teléfono, y veo que llegó una patrulla del Cicpc y se paró al lado mío. Se bajaron al menos 6 funcionarios y empezaron a golpearme para agarrarme y montarme en el vehículo. Intenté forcejear porque no estaba haciendo nada malo, caí al piso y me cayeron a patadas. Como pude me levanté y me agarré de un árbol, seguían golpeándome y en ese momento me doblaron el dedo meñique, me lo rompieron.
Eran 7 efectivos del Cicpc y uno de ellos me hizo una llave como la que le hicieron a George Floyd. Me quitan la respiración, me caí porque escuche un disparo que lanzaron al aire para dispersar a la multitud que estaba viendo todo, eran como 70 familiares. Caí en el suelo y cuando me desperté estaba en la camioneta, dentro de la patrulla del Cicpc. Empecé a forcejear para que me liberaran y me decían cálmate…Me dijeron que me iban a llevar para el cementerio, pero me llevaron para el Cicpc.
Me bajaron de la camioneta y me dicen este es el Óscar Pérez. Desde la entrada hasta la oficina me cayeron a golpes, hasta dentro de la oficina, eso fue golpe y golpe. El alguacil que me llevó era un mastodonte porque era grandísimo y me dio una cachetada que me orine encima», confesó.
Luego de esta fuerte agresión, entró a la oficina que estaba repleta de funcionarios, el director del Cicpc Otto Chacón y dijo: «cálmense que aquí no golpeamos a nadie» y yo le respondí «es demasiado tarde porque ya todos me golpearon».
A partir de ese momento, Orlando quedó oficialmente detenido, le dijeron que él estaba «impidiendo el trabajo de investigación que estaban haciendo sobre el naufragio y que estaba mal poniendo al Cicpc con la población».
«Yo no estaba haciendo nada de eso, solo estaba documentando la protesta de los familiares que tienen derecho a estar informados», agregó.
Celda 2×2
Orlando fue ingresado a una celda 2×2 con tres detenidos más. Lo primero que observó fueron varios envases plásticos de jugo donde orinaban los detenidos. Comentó que si a «alguno de los que estábamos allí nos daban ganas de hacer del dos, nos hacían esperar durante una hora y cuando querían nos llevaban a la parte de atrás del Cicpc donde teníamos que hacer en una bolsa plástica y lanzarlo al caño que pasa por detrás. Todo el tiempo con un funcionario vigilando».
Recibió comida pero dice que «no quería comer». Así transcurrieron las horas, hasta que lo sacaron para tomarle varias fotos. Estaban varios funcionarios, entre ellos una fiscal. Luego, Orlando pudo hablar con su abogada del Foro Penal y mostrarle los moretones que tenía tras la golpiza.
«Todo el tiempo estuvieron grabando lo que hablaba. Igual fue al siguiente día cuando me visitó mi mamá. Así que me limité a decir cosas puntuales porque no sabía que harían con esos videos. Luego, me visitó un funcionario de derechos fundamentales del MP y me preguntó que había pasado», comentó. «No le conté todas las agresiones que sufrí por temor a que me quitaran la comida o tomaran represalias en mi contra, me preguntó si podía identificar a quienes me golpearon y le dije los nombres que recordaba».
Según su percepción, los funcionarios del Cicpc trataban con mucho respeto al Dr. del MP. «Se ve que respetan su investidura».
Corría el día martes cuando por error fue trasladado al circuito. Lo devolvieron al Cicp y fue enviado nuevamente el día miércoles a las 10: 00 a.m. La audiencia no fue realizada en la mañana sino en la tarde. Para Moreno, dilatar la audiencia era una «estrategia» para que transcurrieran los días y mantenerme preso hasta el domingo cuando decretan cuarentena radical y no trabaja nadie».
Ya en la audiencia, el fiscal dijo muchas cosas que nunca sucedieron. «Dijeron que yo había golpeado a una funcionaria, que le dije a los manifestantes que quemaran las patrullas y que yo les había dicho corruptos y ladrones. Pero, no tenían ninguna prueba, mientras que yo les mostré todos los moretones que me habían hecho».
Ese día miércoles, la fiscal pidió presentación cada 8 días y 3 fiadores y que «no hablara mal de los funcionarios». Ese mismo día, la familia de Orlando consiguió los fiadores, pero la juez no los reviso.
En ese momento fue enviado al retén de Guasina.
Pasadas las 7:00 p.m. del miércoles, el coordinador del Foro Penal, Gonzalo Himiob informó que Moreno quedaría arrestado hasta «cumplir requisitos para libertad bajo fianza. Queda arbitrariamente criminalizado»; y que Moreno sería enviado al peligroso «Retén de Guasina», tras haberle imputado los siguientes delitos: instigación al odio (Código Penal), ultraje a funcionario, lesiones genéricas y resistencia a la autoridad.
Atendido por el director de Guasina
Al llegar a Guasina, uno de los custodios preguntó a los funcionarios del Cicpc que lo trasladaron por qué estaba preso Moreno y este respondió «por la paz y el orden».
«Al ver su cara de extrañeza, le dije que estaba preso por grabar a los familiares que pedían información de la gente del naufragio y ellos me dijeron que no podía estar con los leones (presos comunes) porque me iban a caer a palos».
Pasaron unos minutos y se le acercó el director del retén -un Sebin- y le dijo:
«Ah tú eres Orlando Moreno, el coordinador de Vente Venezuela, hasta la ONU pidió tu liberación. Vamos que no vas para ninguna celda sino para la iglesia», dijo el director.
Acto seguido lo llevó con un pastor y le encargó el cuidado de Moreno, su descanso y alimentación. Al llegar allí, muchos presos se le acercaban y le comentaban sobre las injusticias del retraso procesal y las condiciones precarias en las que están en el centro de reclusión. Lo llevaron a primeros auxilios para que le revisaran el dedo.
Pasaron las horas, hasta que el día viernes en la mañana, lo buscaron unos alguaciles y lo llevaron al circuito. Al llegar, la juez le dijo que había sido amenazada por sus seguidores:
«Me están amenazando y me están exponiendo, controle a sus seguidores y cuando salga de aquí no quiero que me digan la juez esto o aquello porque yo solo he estado haciendo mi trabajo. Cuídate estos 8 meses que dura la investigación y no intentes irte de país porque sabes que son tus fiadores los que van a tener que pagar».
A las 3:30 p.m. del viernes, fue liberado Orlando Moreno, con restricciones a su libertad.
La gobernadora del estado Delta Amacuro, Lizeta Hernández, explicó el pasado lunes que Orlando Moreno fue arrestado por “instigación al odio”. “¿Por qué se detuvo? Por instigación al odio, y eso lo contempla el Código Penal en su artículo 285”, afirmó Hernández, quien leyó el artículo mencionado en el que se establece prisión de entre tres a seis años.