El Nacional: Las redes sociales: el espacio en el que denunciar tiene eco, pero no hace justicia
El lunes 26 de abril inició con un escándalo en las redes sociales sobre abuso sexual perpetrado por Alejandro Sojo, vocalista de la banda de rock Los Colores. Luego de esto, se desató una ola de denuncias por el mismo concepto con testimonios jóvenes que fueron abusadas por personas relacionadas con el mundo artístico y de otras áreas.
Los testimonios surgieron a través del movimiento denominado #YoTeCreoVzla como una muestra de apoyo a las víctimas, visibilizar a los victimarios a fin de que se haga justicia y evitar que los patrones de abuso se repitan.
Hasta el momento, #YoTeCreoVzla ha registrado unas 600 denuncias.
Una de las voceras del movimiento, Ariana González, piensa que el rol de las redes sociales es clave porque crean ruido. Sobre las denuncias que pesan sobre Sojo, señaló que datan desde hace 13 años pero que, hasta la fecha, no habían trascendido.
«Las redes sociales juegan un papel importante. Sin ellas hubiese sido difícil de visibilizar esta situación, y yo rescato la valentía de todas las víctimas que decidieron dar un paso porque sé que no es fácil», expresó la activista al medio El Nacional.
Posteriormente al caso de Sojo, surgieron otras denuncias de abuso sexual que acusaban a otro músico: Tony Maestracci, integrantes de la banda –también de rock- Tomates Fritos, cuya víctima reveló que tras haber asistido a un concierto donde se presentó la agrupación y estando bajo los efectos de bebidas alcohólicas, fue abusada por Maestracci, quien junto a Sojo, el Ministerio Público les abrió una investigaciones por las acusaciones que pesan sobre ellos.
A mediados de esa semana, otra víctima alzó la voz. Esta vez para señalar al reconocido escritor y experto en materia cultural, Willy Mckey, quien fue señalado de cometer estupro (término asociado al abuso a una persona que sea menor de edad) y tras hacerse público las conversaciones que tuvo con su víctima, fue despedido de los proyectos en donde trabajaba y 24 horas después, el jueves 29 de abril, decide quitarse la vida en Buenos Aires, Argentina, país donde residía desde hace tres años.
El director de la ONG Acceso a la Justicia, Alí Daniels, considera que la Fiscalía actúa con un poco más de celeridad cuando los casos son visibilizados en las redes sociales y podría haber «alguna eficacia jurídica en la medida en que incita a que esta actúe», explicó y agregó que las redes sociales de una manera u otra hace que las personas que hayan sido abusadas puedan ver que no son las únicas y «genera una ola que permitirá a otras unirse a la denuncia», apuntó.
Daniels considera que aunque las víctimas alcen la voz en las redes sociales, deben formalizar sus denuncias ante el Ministerio Público para el debido procedimiento. «Si no consta en expediente el abuso identificado no se puede hacer nada», puntualizó.
Pero, aunque se haga la denuncia por redes sociales, el abogado señala que las víctimas deben formalizarla ante el Ministerio Público para que se abra un procedimiento. “Si no consta en expediente el abuso debidamente identificado no se puede hacer nada”.
Por su parte, González, coincide con Daniels y sostiene que el propósito del movimiento es que las personas afectadas hagan la denuncia formal ante los organismos gubernamentales capacitados para ello porque «en algún momento habrá personas en esos cargos a las que sí les importarán los casos y tomarán en cuenta las denuncias», dijo.