El espejo de la FAN
1. Los uniformes, las preseas, los símbolos y las marchas militares evocan orden, disciplina y fuerza. Hoy son una mera reminiscencia de una institución que feneció enredada en las patas del apocalipsis rojo. Sin embargo, pareciera que existe porque hay generales, uniformes, trompetas y marchas. ¿Será que los críticos no ven, por obnubilados, que allí está vivo y brioso el último espantajo de Chávez, con sus mayores generales y generales en jefe y jefes generales y genejefes y jeferales?
2. Existe una ilusión de FAN que tiene su alto mando con su ministro y comandantes, ayudantes, edificios, y servicio de adentro. Son los de arriba, los que dirigen, se cuadran y le dan partes a su comandante en jefe. Están organizados en todo el país en REDIs, ZODIs, ADIs y otras estructuras. Hacen conferencias y envían “órdenes de operación”. Compran armamentos –sobre todo rusos-, tienen tanques, muchos equipos viejos pero otros muy nuevos. Además, tienen áreas que sin duda funcionan; en el área de inteligencia y contrainteligencia tienen personal, equipos y asesoría externa; sin descartar la organización criminal, plena de asesinos, en la cual ha devenido la Dgcim, a cargo del maleante internacional Hernández Dala y su corte de incondicionales.
3. Esa institución, con esa compleja estructura, tiene un solo problema: no sirve. Es decir, no sirve para los fines de resguardo de la soberanía y la defensa nacional. No sirve porque la otra FAN, la de abajo, la que se mira en el espejo de su alto mando, no se reconoce en él. La realidad es que los batallones están diezmados, no por el enemigo imperial, ni por los vecinos sobresaltados, sino por la desidia, la ideologización, la falta de entrenamiento, la carencia de incentivos morales, el hambre en las familias, la ausencia de propósito y la miseria profesional.
4. La información que se tiene sobre lo ocurrido en La Victoria y otras zonas de Apure, al lado de la información que ha difundido Javier Tarazona de Fundaredes según la cual hay “10 militares desaparecidos en el conflicto en Apure entre las FANB y el Frente Décimo de las Farc”, y lo que ha informado Sebastiana Barráez, por su parte, revelan que las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), de la fracción de Gentil Duarte, tienen con ellos a ocho militares1 como rehenes.
5. La amplia presencia de la guerrilla colombiana en Venezuela ya no es para “protegerse” como se solía argumentar sino para prepararse en la idea del asalto a Colombia, tal como lo explicó sin ambages Iván Márquez de las Farc-Segunda Marquetalia. Mientras que las disputas internas entre los sectores guerrilleros tienen como propósito principal la salvaguardia del tráfico de drogas que los financia y ayuda a mantener bajo control a las fuerzas militares y policiales que pudieran tener la tentación de combatirlos. Como es obvio, estos acuerdos sólidos por arriba entre los jefes de la disidencia de las Farc, el ELN y el régimen de Maduro, por abajo no está exento de disputas por territorio, vías de narcotráfico y dinero.
6. El resultado es una FAN que por abajo está descompuesta. En unos casos, “arreglándose” con los irregulares; en otros casos, desorientadas y con moral ínfima; y en general sin saber de qué se trata. La misión de la seguridad y la defensa nacional ha sido abandonada, y cuando un militar se encuentra con las Farc no sabe si está en presencia de un aliado de su comandante en jefe o un enemigo del país.
7. Ese alto mando rollizo e impúdico cuando se ve al espejo lo que encuentra es una institución devastada por mandos corrompidos, fichas de fuerzas cubanas y rusas, convertidos en represores sin medida de sus propios compañeros. Esa FAN putrefacta no volverá.