El izquierdista ERC y el grupo de centroderecha Junts per Catalunya anunciaron el lunes un acuerdo preliminar para formar un gobierno regional en el nordeste de España.
Es probable que su acuerdo, que sigue a otro pacto entre Esquerra Republicana de Catalunya (Izquierda Republicana de Cataluña) y el partido de ultraizquierda CUP, convierta a Pere Aragonès en el próximo presidente autonómico de Cataluña, una región de 7,5 millones de habitantes que tiene a Barcelona como capital.
Según indica AP, las negociaciones habían llegado a un punto de inflexión la semana pasada sobre cómo proceder con la campaña separatista y qué influencia debe admitir el nuevo gobierno del expresidente catalán Carles Puigdemont, que ahora es diputado del Parlamento Europeo y prófugo de la justicia española.
Aunque el exministro de Salud Salvador Illa fue el candidato más votado en las elecciones regionales del 14 de febrero, los partidos separatistas sumaban más de la mitad de las boletas. Aragonès era el segundo candidato más votado, y en marzo hizo un intento fallido de formar gobierno. De no haberse resuelto, el estancamiento habría provocado nuevas elecciones de forma automática.
La portavoz del Gobierno de España, María Jesús Montero, celebró que no hicieran falta nuevas elecciones y dijo que las autoridades centrales confiaban en que el próximo gobierno catalán abandone “las vías unilaterales” para alcanzar la independencia “que ya sabemos a dónde nos conducen y que no es nada bueno”.
En sus declaraciones a la radio Cadena SER, Montero aludía a un ilegalizado referendo de independencia y la posterior declaración fallida de independencia ocurridos hace tres años, que derivaron en la destitución y el procesamiento del líder separatista de la región.