Vicente Brito: La falta de diálogo se ha convertido en una pesadilla
El Presidente de la Red por la defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución, Vicente Brito, calificó este sábado como una pesadilla el que no se haya avanzado en un diálogo nacional para cambiar la política económica del país. Y responsabilizó al gobierno nacional de ello.
«No se alcanzó ni una sola de las metas propuestas en los diálogos. y las instituciones que aceptaron de buena fe participar en dichos diálogos fueron descalificadas y cuestionadas, y hasta recibieron epítetos que forman parte de la vieja fraseología descalificatoria utilizadas para cuestionar a quienes disienten del actual proyecto político denominado » Socialismo del Siglo XXI – Estado Comunal «.
El fracaso del diálogo – continuó el también expresidente de Fedecámaras – demostró que el gobierno no tiene interés en alcanzar acuerdos que no les sean favorable políticamente, enfatizando que su modelo de gobierno es único y menospreciando la opinión de casi el 85% de los ciudadanos que manifiestan su disconformidad con el status quo.
Consecuencias de la falta de diálogo
«La gran mayoría de las familias no tienen los ingresos para alcanzar cubrir la canasta alimentaría. Tenemos los más elevados niveles de desempleo e informalidad del continente. Una indetenible hiperinflación, la más elevada del mundo, que es la razón principal de nuestro empobrecimiento, unido al preocupante crecimiento de los afectados por la pandemia».
«La política del capitalismo de Estado se impone en todos los espacios económicos. Pero nadie explica la baja o nula producción de las empresas públicas y sus innumerables pérdidas; de por qué el Banco Central ha llevado adelante una expansión monetaria única en el mundo que ya ronda los 1.1 billones de bolívares en circulante, que ha generado la inflación más alta del mundo. Y buena parte de nuestra deuda externa fue contraída para sostener este modelo estatista», agregó.
«Hoy, a pesar de tener una economía parcialmente dolarizada, lo que se ha logrado es una altísima dependencia de las importaciones, la cual se estima alrededor de un 80% del consumo en productos terminados y materias primas. Es triste observar como la producción nacional está en sus mínimos históricos como resultado de la política de toma de tierras y empresas privadas que antes alcanzaron a cubrir más del 75% del consumo nacional».