Primero de mayo en un país abatido por dos pandemias
El mundo del trabajo en Venezuela no la ha tenido fácil durante el siglo XXI. En sus inicios se antojaba prometedor con los cantos de sirena de la revolución bolivariana que luego enrostraron prontamente sus macabras intenciones: la demolición del sistema de relaciones de trabajo; la reducción del capital privado a una expresión marginal; y aún más al trabajador humillado a condiciones infrahumanas al precarizar el salario, condenándolo en su mayoría al rebusque y al trueque para subsistir.
Las cifras son letales cuando señalan a Venezuela como campeona mundial de la miseria. Es el número 1 por quinto año consecutivo en un ranking que comprende a 156 países a nivel global. No es extraño entonces que el país registre las cifras de conflictividad social y laboral más notorias de la región, a pesar de la represión y judicialización de la protesta implantada a mansalva por la tiranía y por ende la diáspora de más de 6 millones de sus ciudadanos.
Tal como indica el Informe Anual del Observatorio de Conflictividad Social (OVCS) en 2020 se desarrollaron protestas de todo género: Por servicios básicos: 5.951; derechos laborales 2.421; combustible 1.902; derecho a la participación política 1.067; derecho a la salud 806; derecho a la alimentación 691; y derecho a la justicia 503.
Entre tanto en su Informe del primer trimestre de 2021 la OVCS indica que los conflictos sociolaborales no han amainado al identificarse en ese período 1.506 protestas, a saber: derechos laborales: 548; servicios básicos 495; derecho a la Participación política 196; derecho a la salud 155; derecho a la Justicia 126; y derecho a la vida 89.
Los temas laborales mayormente planteados son: 1. La Dolarización del salario como principal exigencia de los trabajadores, quienes apelan al artículo 91 de la Constitución Nacional que enfatiza en un “salario para vivir con dignidad”.
2. La denuncia de la represión en el contexto del Covid-19, ya que, durante los primeros noventa días del año, 23 protestas fueron reprimidas en 13 estados del país, dejando un saldo de 13 detenidos, 6 heridos y 1 persona fallecida.
3. En el sector salud los trabajadores del gremio de médicos y enfermeras reclaman el reajuste del salario a los niveles inflacionarios. Asimismo, los pacientes y sus familiares no han cesado en las exigencias por dotación de materiales y equipos de bioseguridad para garantizarle a todos los involucrados la protección en tiempos de pandemia.
4. En el sector educativo: maestros y demás personal del gremio se unen a las exigencias de salarios dignos, condiciones seguras y de calidad para el regreso a clases. Igualmente denuncian las amenazas de ser sustituidos por jóvenes integrantes del gubernamental Plan Chamba Juvenil, por negarse a iniciar clases presenciales y a distancia sin la previa atención de sus reclamos.
5. Así también trabajadores de diversos sectores, donde se destacan los jubilados y pensionados, protestaron ante las dificultades que enfrentan para acceder a servicios de salud y a la compra de medicamentos, alimentos y bienes de primera necesidad. Asimismo, el salario mínimo que se ubica en 1 dólar mensual (USD 1) es insuficiente para pagar servicios básicos que son cobrados en moneda extranjera, de manera excesiva.
6.-Nadie escapa a la ofensiva anti laboral. En este caso los productores, comerciantes y trabajadores del sector informal protestan en rechazo a las medidas restrictivas en cuanto a horarios, cobros excesivos de impuestos, extorsiones y retención de mercancía como prácticas cotidianas de las autoridades.
7. Finalmente se identifican las protestas de transportistas en rechazo a costos de tarifas, así como la falta de unidades de transporte y obligatoriedad de realizar largas jornadas frente a las estaciones de servicio para abastecerse de combustible.
En resumen, el Informe del OVCS refleja la dantesca realidad que sufren los trabajadores de todos los sectores laborales. Por eso el sindicalismo y gremios profesionales no deben circunscribirse a la conmemoración de un solo día, sino dedicar al menos el mes de mayo a jornadas de acción y reflexión sobre los próximos pasos que deben adelantar las organizaciones de los trabajadores en procura de reconquistar los derechos perdidos. También deben estaratentos a las decisiones que emanará el 3 de mayo 2021 la OIT quien fijó esta fecha tope para el cumplimiento de las decisiones acordadas por el Consejo de Administración del organismo.
Para ello es fundamental la unidad de las centrales y corrientes sindicales autónomas y la alianza con el mundo académico ya que en las universidades públicas como la UCV, UC, ULA, UDO, UCLA y en universidades privadas como la UCAB se ubica el personal docente presto a apoyar a través de la formación y el estudio, a las luchas de los movimientos de los trabajadores. Esta es una condición necesaria para afrontar el sufrimiento de una nación que sufre dos pandemias, la universal el Covid 19 que ha fulminado millones de vidas en el planeta y para colmo de males la que sufrimos los venezolanos con este régimen dictatorial que ha precarizado las condiciones de trabajo al nivel de la subsistencia.
Movimiento Laborista