La crisis de la gasolina en Zulia y estados fronterizos da origen a violaciones de DDHH, dice activista
En Maracaibo muchos zulianos pernoctan para poder surtir gasolina y pasan hasta 3 días bajo el sol inclemente y «pasando trabajo». VOA recogió varios testimonios de esta «pesadilla», en medio de la crisis que el activista David Gómez Gamboa calificó de «violación de DDHH».
Obstinado, John Quintero tenía 18 horas esperando su turno para surtir gasolina. El calor, de más de 30 grados centígrados lo agobiaba. Intentaba cubrirse bajo la sombra de un comercio de rejas grises ubicado en la acera de enfrente. “Esto es lo peor del mundo”, se queja, junto a seis familiares y amigos que asienten al escucharle.
En la mañana, cuando los atacó el hambre, compraron comida de una manera inverosímil: a falta de dinero, usaron la gasolina como moneda de cambio. “Fuimos a un puesto de comida de la avenida El Milagro a comprar 50 pastelitos -piezas de masa frita con relleno de queso y papa- y los pagamos con cinco litros de gasolina que sacamos de uno de nuestros carros. ¡Pagamos el desayuno con gasolina!”, cuenta John, cambiando súbitamente su molestia por una risa.
La perenne crisis de gasolina trastoca derechos humanos en Zulia y otros estados de la frontera con Colombia y los Llanos venezolanos, como Táchira y Barinas, advirtió el promotor de esa materia, David Gómez Gamboa. “La crisis por el acceso a la gasolina ha dado origen a diversas violaciones de derechos humanos a la población zuliana. Hace incidencia concreta sobre el acceso a los servicios públicos de calidad y el derecho al libre tránsito”.
Detalla a la VOA que se trata de materias fundamentales amparadas por la Constitución venezolana, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
“Estas violaciones de derechos ciudadanos pudiesen dar origen a otras, como lo es el acceso al trabajo, a la salud, a la educación”.