Industria del libro reporta pérdidas del 70% y se declara en emergencia
Directivos de los gremios que agrupan a la industria del libro en Venezuela han declarado al sector en emergencia y claman por “respiradores”, al reportar una pérdida de mercado de hasta un 70%, reseñó este miércoles Banca y Negocios.
Además aspiran que la celebración del “libro 2021” en Venezuela se “cristalice” con vacunación para la población y de forma inmediata al personal sanitario y docente.
Por medio de un comunicado indican que “ellos son los responsables de la salud física y mental de los ciudadanos; manteniendo las medidas de bioseguridad la posibilidad de trabajar en forma continua y apertura de las escuelas, incentivos fiscales y oportunidades crediticias que favorezcan la producción”.
Agregan además que “los libros son pacientes con enfermedades previas que los hacen altamente vulnerables a la pandemia”, y destacan lo siguiente:
– Caída del consumo del venezolano. Los libros han experimentado un decrecimiento exponencial en su comercialización.
– Altos costos de producción. Relación tiraje precio final.
– Ausencia durante años de licitaciones para bibliotecas.
– Diversidad cultural en franco decrecimiento.
– Digitalización de los textos vs. costos de aplicación y deficiencias de la plataforma tecnológica en Venezuela.
– Estadísticas desarrolladas en la Cámara Venezolana de Editores, basadas en información oficial publicada por el Instituto Nacional de Estadísticas, Ine, indican una pérdida de mercado de alrededor del 70%, derivada de la prohibición de entrada de las editoriales de textos escolares privadas a los colegios públicos y la implantación de la Colección Bicentenario.
– Deficiencias formativas, de actualización y salariales para los docentes.
Resaltan que con la llegada de la pandemia del coronavirus, al igual que otros rubros de la economía, librerías, editoriales, escuelas, imprentas, permanecieron cerradas durante meses y más recientemente con apertura intermitente. El alza de las cargas impositivas también dejó sentir su peso en el deteriorado presupuesto y con ello el cierre de más librerías y editoriales.
“Carecemos de los atractivos de los bodegones, sin embargo, somos responsables de la generación de conocimiento, educación y cultura, pero nuestros márgenes de rentabilidad y flujo de caja están prácticamente agotados. Escasez de inventario y poca capacidad de producción es la sombra que se cierne sobre los libros”, finalizan en el texto.