Del poder hablante
El ejercicio del poder acarrea grandes responsabilidades. Pero el usurpador ni siquiera responde por sus partidarios.
Cualesquiera recomendaciones médico-sanitarias requiere del concurso de los expertos. La política no está divorciada de las especialidades específicas y aún más cuando son apremiantes las circunstancias pandémicas.
Lo dicho por el presidente de la Academia Nacional de Medicina sobre el Carvativir es crucial. No es con la censura ni la represión que puede el régimen desvirtuar el producto como enjuague bucal para hacerlo apto contra el Covid19.
Más grave todavía es que el Estado dependa exclusivamente de las presidenciales y vicepresidenciales orientaciones para afrontar la pandemia. Nadie o muy pocos conocen quién es el ministro de Salud a modo de ilustración.
El hablante del poder debe ser sobrio y confiable. El poder mismo suele pasarle factura a sus comediantes.