Collage número 61 sobre Rómulo Betancourt

Opinión | abril 23, 2021 | 6:20 am.

(Balance del Gobierno Constitucional de Rómulo Betancourt)

A grandes rasgos, sumariamente, hacemos un balance de aspectos –analizados, en su momento, en Collages anteriores- de la gestión cumplida durante el mandato constitucional de Rómulo Betancourt.

Política Interna. Salvar la democracia –en el período constitucional de 1959-1964- venciendo las asonadas cuartelarias de la extrema derecha y la insurgencia guerrillera rural y urbana de la extrema izquierda aupada por la dictadura cubana de Fidel Castro, es el primer objetivo político victorioso alcanzado por Rómulo Betancourt que hay que inscribir en el balance del mandato presidencial que el pueblo venezolano le entregó en los comicios del 7 de diciembre de 1958. “Él supo ser el piloto de la más rabiosa tormenta”, dijo Mariano Picón Salas. Así lo registra la historia. En su VI y último Mensaje presentado el 7 de marzo de 1964 al Congreso Nacional, el propio Presidente Betancourt espresó que se sentía orgulloso de que su gobierno “no se dejare intimidar, acorralar ni derrocar por minorías antidemocráticas, ya fueran las del clásico estilo autocrático latinoamericano o las revestidas del paramento novedoso de ideologías seudorrevolucionarias…” (1).

Política Internacional. Ante “la marea de golpes de estado contra gobiernos constitucionales”, el Presidente Betancourt reafirmó, en el citado Mensaje al Congreso Nacional, “la tesis del no reconocimiento de los gobiernos de facto, producto del asalto al poder y en países gobernados constitucionalmente, por minorías armadas”. La politóloga especializada en asuntos internacionales, María Teresa Romero, comenta al respecto: “Las amenazas golpistas de sus adversarios internos, como de los externos, lo condujeron a poner en práctica con mayor rigor que el empleado durante su primer gobierno, el instrumento diplomático de rompimiento de relaciones bilaterales y no reconocimiento a gobiernos de facto latinoamericanos que llegaran al poder a través de un golpe de Estado. Bajo el paraguas de la ‘Doctrina Betancourt’ entre 1959 y 1964, Venezuela mantuvo aislada a Cuba revolucionaria y a los regímenes autoritarios que en esos años tomaron por asalto el poder en Argentina, Perú, Guatemala, Haití, Ecuador, República Dominicana y Honduras. A pesar de que con esta política principista no se logró disuadir los golpes de Estado y pese a sus relativos efectos de aislamiento regional, la Doctrina Betancourt sí contribuyó a que el gobierno defendiera con mayor respaldo interno y externo el sistema político recién instaurado y estableciera alianzas con otras democracias regionales en pro de la democratización y paz regional” (2).

Consecuente con esa posición, la cancillería venezolana rechazó que se reuniera en la ciudad de Quito la programada XI Conferencia Interamericana, por existir un gobierno de facto en Ecuador.

Otra importante actividad en el área de la política exterior fue la relativa a la revision de límites con la Guayana Británica. Los cancilleres de Venezuela y la Gran Bretaña se reunieron en Londres los días 5 y 6 de novirmbre de 1963, y en un memorándum entregado por nuestro país se ratificaban las razones por las que solicitamos la devolución del territorio que se nos arrebató por el laudo arbitral de París de 1899. Y dada la conocida posición anticolonial de Venezuela, precisamos que nuestra reclamación no entorpecía la aspiración del pueblo de Guayana Británica a su independencia.

También hay que destacar la mención del convenio de modus vivendi firmado el 6 de marzo de 1964 entre los legatarios del gobierno de Venezuela y los de la Santa Sede, al cual nos referimos ampliamente en Collage anterior. El Presidente Betancourt asegura que la petición a su propio partido para que se incluyera sin modificaciones en la Constitución de 1961 el texto de la Constitución de 1947 sobre el tema que hacía posible la firma de ese tratado, fue su “única intervención” para lograr cambios en el articulado del proyecto de Constitución que se discutía en el Congreso Nacional.

Fue el gobierno de Venezuela uno de los primeros en solicitar la revisión del Tratado del Canal de Panamá de 1903, lo que se logró años después satisfactoriamente.

El Presidente Betancourt y Guillermo León Valencia, Presidente de Colombia, suscribieron el 7 de agosto de 1963, el Acta de San Cristóbal, que recoge los acuerdos logrados. Dice el Presidente Betancourt: “Acaso por primera vez, o sin acaso, dos mandatarios de países con extensos límites territoriales comunes se comprometen a poner en marcha un plan de integración económica que coordine y vitalice los sistemas de producción en las zonas situadas en torno a los hitos demarcadores de sus respectivos espacios geográficos” (3).

Situación Económica. Se anexa al VI Mensaje Presidencial, un análisis pormenorizado de los aspectos sectoriales de la economía, de la evolución fiscal, de la obra realizada y de los proyectos por ejecutarse.

En 1958, el Producto Territorial Bruto (PTB) fue de 24.327 millones de bolívares, y para 1963 se elevó a 30.140 millones de bolívares, lo que era un indicativo del acelerado desarrollo económico del país: esto representaba un incremento a una tasa anual del 4,5%. Hay una particularidad sumamente importante que el Presidente Betancourt destacó en su Mensaje: en 1963, ultimo año del período, el crecimiento del PTB fue del 5,8%, en tanto que el sector petrolero creció a una tasa del 1,5%, lo que revelaba que Venezuela estaba en un claro proceso de diversificación de la economía, con rumbo a una menor dependencia del petróleo.

La agricultura creció en el período a una tasa anual del 6,5%, lo que significó que superara en casi una tercera parte el crecimiento entre los años 1951-1959. Se alcanzó el autoabastecimiento en la ganadería vacuna, y la producción de la ganadería porcina casi cubrió las necesidades del consumo nacional. En lo que se refiere a la avicultura, se pudo sustituir totalmente la importación de aves y huevos.

En los cinco años, el proceso de industrialización cobró un ritmo acelerado. El producto industrial creció a una tasa anual del 8%, y su participación en el PTB pasó del 14% al 17%. Al final del período, la Planta Siderúrgica del Orinoco (Sidor) alcanzó una producción equivalente al 50% de su capacidad instalada de producción de acero. En 1963 se generaba más del doble de la electricidad producida en 1958, y se había logrado un incremento notable en el programa de electrificación rural.

Merecen una mención especial las consideraciones que en su Mensaje al Congreso Nacional hizo el Presidente Betancourt sobre la represa del Guri: “En fecha reciente experimenté profunda emoción patriótica, y espero habérsela transmitido al país en la alocución que pronuncié ese día, en la iniciación de los trabajos de la represa del Guri, gigantesca obra destinada a transformar en energía eléctrica las torrenteras del Caroní, y a darle un vuelco histórico a Venezuela. Dentro de cuatro años y medio estará concluida la primera etapa de esa represa y con 1 millón 750 mil kilovatios instalados duplicará la capacidad de energía eléctrica instalada del país. Líneas de alta tensión se están tendiendo ya de las márgenes del Caroní al centro de la República, para ser transportada a toda la nación la energía eléctrica generada en Guayana… Electricidad barata en cantidades cuantiosamente predecibles tendrá Venezuela, cuando la represa del Guri se concluya, aun cuando sea en su primera fase. Que en su última, cuando ya tenga 6 millones de kilovatios instalados, será apenas comparable en el mundo con una de iguales inmensas proporciones que ahora está en construcción en la Unión Soviética” (4).

Ese proceso de desarrollo de la economía nacional se realizó inspirado en la justicia social, porque paralelamente, hubo una mejor distribución del ingreso, evidenciada en que mientras en 1958 la remuneración del trabajo representaba el 54,5% del ingreso, para 1962 esa remuneración ya se había elevado al 59,7 %.

La producción de petróleo crudo, en el período 1959-1963, creció a una tasa promedio anual de alrededor de 4%; y para 1963 la producción de refinados había aumentado en un 30% con respecto a la de 1958. Se avanzó en la utilización del gas petrolero, quemándose menos en los mechurrios.

Se creó la Corporación Venezolana del Petróleo (CVP) con el propósito de tener una participación más directa del Estado venezolano en los campos de la producción, refinación y distribución de los productos. Venezuela participó activa e importantemente en la creación de la Opep, instrumento de gran peso en la defensa de los precios de los crudos en los mercados consumidores.

Situación Fiscal. Se saneó la hacienda pública. El presupuesto balanceó sus ingresos y sus egresos. En la tesorería nacional se dejó acumulado un superávit de 744 millones de bolívares, superior en 154 millones de bolívares al que había al comienzo del mandato.

Eso se logró por la aprobación del proyecto de “Ley de Medidas Económicas de Urgencia y de Reforma Parcial de la Ley de Impuesto sobre la Renta y de la Ley de Impuesto sobre Sucesiones y de otros ramos de la Renta Nacional”, presentado por el Presidente Betancourt el 4 de mayo de 1961 a la consideración del Poder Legislativo, como ya lo explicamos en el Collage número 51. Hubiera sido irresponsable, para cubrir el déficit fiscal, acudir al conocido expediente de la emisión por el BCV de dinero inorgánico, sin respaldo en las reservas internacionales, con la perniciosa secuela de la inflación.

En el lapso 1959-1963, la inflación promedio anual alcanzó a 2,2%. Luis José Silva Luongo formula la siguiente reflexión: “El crecimiento de la economía y la moderada inflación en el lapso 1959-1963, con buenas perspectivas para el año 1964, así como los importantes logros alcanzados en materia fiscal, auguraban que el período presidencial de Raúl Leoni se desenvolvería también en forma satisfactoria” (5).

Señala el Presidente Betancourt: “El símbolo monetario nacional –el bolívar-, tiene una solidez a prueba de sismos. Las reservas internacionales que lo respaldan alcanzaron, para finales del pasado mes de febrero, a 763 millones de dólares. Per cápita se cuenta con reservas internacionales más altas que las de cualquier otro país del mundo. Hubo necesidad, en su momento, por razones de balanza de pagos y para evitar fuga de capitales, de establecer el control de cambios. Esa medida, lo sabíamos bien al adoptarla, era necesariamente transitoria. Los controles de cambio han sido en todas partes, a la larga, fuentes de corruptelas y trabas para el desarrollo económico normal de las naciones. Fue por ello que el pasado 18 de enero se decidió la eliminación de ese sistema y se decretó y reglamentó la unificación cambiaria” (6).

Al final del gobierno, la deuda pública era pequeña, en comparación con las posibilidades financieras de la nación: alcanzaba para el 31 de diciembre de 1963 a 1.985 millones de bolívares, de los cuáles sólo 662 millones correspondían a deuda externa.

Otras Realizaciones. El proceso de Reforma Agraria dotó de tierra propia a sesenta mil familias campesinas con el reparto de cerca de 1 millón 800.000 hectáreas. Se atendió a la asistencia crediticia y técnica.

En vialidad, las carreteras a cargo del Ministerio de Obras Públicas, pasaron de 14.700 kilómetros a 16.100 kilómetros, y en esa red de carreteras se pasó de 5.500 kilómetros pavimentados a 11.000 kilómetros pavimentados. Se mejoraron puertos y aeropuertos. Se construyó el puente sobre el Lago de Maracaibo que permitió la comunicación de la parte occidental del Zulia con el resto del territorio del país. Se terminó el puente sobre el río Apure, quedando por ejecutarse los puentes sobre el Orinoco y el Caroní. Se construyó casi en su totalidad la importante autopista Puerto Cabello-Valencia.

Se elevó a 55.000 el número de viviendas, construidas directamente por el Estado o financiadas mediante créditos, con acento en la vivienda rural.

En educación hubo una hazaña. La matrícula escolar, que era aproximadamente de 1 millón de alumnos, se elevó a cerca de 1 millón 700.000, o sea un incremento de casi el 70%. En educación primaria, se matriculó casi el 90% de la población en edad escolar, y el crecimiento de la población inscrita en los planteles educacionales de todas las ramas exigió una mayor dotación de edificaciones, que, en lo que respecta a la escuela primaria, en el período 1959-1963 se construyeron 6.300 aulas, frente a las 5.700 construidas en los sesenta años anteriores. Se redujo a un 21% el analfabetismo de la población de quince o más años. Se creó el INCE (Instituto Nacional de Cooperación Educativa), llamado a cumplir un gran papel en el problema de la formación y capacitación de recursos humanos, que, en su corta gestión al momento de terminar el lapso 1959-1963, había capacitado a más de 35.000 obreros y empleados en servicio. Antes del gobierno constitucional del Presidente Betancourt, se aplicaba a educación el 3% del presupuesto de gastos nacionales, y en su mandato se pasó al 10,7%.

En salud, como señaló el Presidente Betancourt en su Mensaje, tanto en el área de la medicina preventiva y curativa, como en la del saneamiento ambiental, se lograron importantes avances, especialmente en el medio rural. La expectativa de vida al nacer aumentó a un promedio de diez meses por año, para colocarse en los 66 años, una de la más altas de la zona tropical; para 1963, la tasa de mortalidad general descendió a 7,3 por mil habitantes nacidos vivos, y la tasa de mortalidad infantil descendió a 48 por mil nacidos vivos. Los hospitales del Estado tuvieron un incremento de más de 5.000 camas, equivalentes a un 20% del total de los servicios asistenciales oficiales. Se sextuplicó el número de alumnos que eran atendidos en el programa de comedores escolares. Se elevó considerablemente la cobertura del abastecimiento de agua potable, tanto en el medio urbano como en el rural, como consecuencia de dos circunstancias: el Instituto Nacional de Obras Sanitarias (INOS) aumentó la capacidad de sus embalses de casi 32 millones de metros cúbicos en 1958 a casi 400 millones de metros cúbicos para comienzos de 1964, y los acueductos elevaron la población servida a 4 millones 383.000 personas , de las cuales 2 millones 968.000 son servidas por acueductos urbanos y 1 millón 415.000 por acueductos rurales.

Su Mensaje, que era de despedida, pronunciado ante el Congreso, concluyó con palabras dichas al comenzar su mandato: “…Se podrá decir que he cometido muchos errores y desaciertos en mi gestión de Presidente de la República, porque la infalibilidad y la aptitud para acertar siempre no son virtudes que se hayan dado nunca en ningún ser humano”, pero Venezuela reconocerá “cómo durante los años en que cumplí el mandato de Presidente de la República, no actué nunca con intención distinta de la de procurar con lealtad, con empeño creador , con fe si se quiere fanatizada, la gloria de Venezuela y la felicidad de su pueblo”.
En el próximo Collage: el tránsito post-gubernamental de Rómulo Betancourt.

Notas

1-Rómulo Betancourt. “La Revolución Democrática en Venezuela”. 1959-1964. Tomo IV. Imprenta Nacional. Caracas/1968. Pág. 338.

2-María Teresa Romero. ”Rómulo Betancourt”. Biblioteca Biográfica Venezolana. C.A. Editora El Nacional. Pág. 117.

3-Rómulo Betancourt. Obra citada. Pág. 344.

4-Rómulo Betancourt. Obra citada: Pág. 347-348.

5-Luis José Silva Luongo. “De Cipriano Castro a Carlos Andrés Pérez 1899-1979”. Monte Avila Editores Latinoamericana. 2000. Pág. 455-456.

6-Rómulo Betancourt. Obra citada. Pág. 352.

AclaratoriaMe sorprendió ver en varios portales digitales la información de que se me había designado como integrante y presidente de una comisión ad hoc que tomaría decisiones relacionadas con mi partido, Acción Democrática. Responsablemente debo manifestar que ignoraba absolutamente la supuesta designación. Cualquier preocupación, compartida por varios compañeros dirigentes, que tenga sobre el funcionamiento del partido, como por ejemplo la renovación de las autoridades directivas mediante las estatutarias elecciones internas, lo procedente es formularla y tramitarla por los canales regulares.